Por Enrique Genovar
Por Enrique Genovar
Un triunfo necesario. Una victoria merecida. Una alegría en medios de los días agitados que vive Central por estos días. Logró el primer triunfo en el torneo y lo hizo con un técnico interino, con una persona del riñón del club como lo es Germán Rivarola. El Canalla le ganó de buena manera a Godoy Cruz y asentó un mojón que tiene que servir para construir un futuro mejor.
Impuso condiciones desde el comienzo, pero no le sobró margen en el resultado. Es que está claro que al plantel le faltan herramientas y no errar en lo que queda del libro de pases será responsabilidad de los directivos y del nuevo entrenador.
Pirulo con poco logró lo que el aprendiz de Leandro Somoza no pudo en diez partidos. Rivarola cambió el esquema porque se sabe que tras la salida de Emiliano Vecchio no hay un diez formado y jugar sin enganche ante el Tomba expuso aún más los errores del técnico saliente.
El 4-3-3 que eligió Pirulo fue clave en el transcurso del partido y terminó siendo fundamental para que Central le gane con justicia al Tomba.
Por primera vez en el campeonato Central contó con algunos líderes importantes dentro de la cancha. Gaspar Servio, Walter Montoya y Pupi Ferreyra se calzaron el traje de referentes de este plantel y sumado al desparpajo del bueno de Buonannote fueron fundamentales para que Central sume de a tres.
Pirulo dirigirá también ante Vélez y buscará dejarle a Tevez un equipo lo más competitivo posible dentro de las herramientas con las que tiene hoy el plantel. El Canalla volvió a sonreír y lo hizo en un momento justo del torneo, ahora se empezará a escribir otra historia y dependerá de los nuevos escritores si la misma terminará con final feliz o no.