Este particular grupo tiene la particularidad de "educar" a sus hijos de una manera muy especial, y llegan este fin de semana a Rosario
Por Mario Luzuriaga
«Los Raviolis» es una banda de rock para padres, madres e hijos. Se juntan para hacer música y catarsis sobre la pesada carga que conlleva la crianza responsable de los niños y niñas. En el camino fueron encontrando a otros padres a quienes les pasaban cosas parecidas, y si bien se sabe que pertenecen al grupo de bandas que hacen música para las infancias, esa identificación con el lado B de la paternidad los acercó al público adulto que viene a desahogarse cantando sus canciones.
Este viernes 17 se presentarán en la Sala Lavardén con su nuevo espectáculo en vivo. Gabriel «Gabichu» Wisznia dialogó con CLG sobre esta convocante banda.
—¿Cómo fue contar vivencias de los padres con sus hijos en edad escolar a través de la música?
—Yo venía investigando en otros proyectos esta doble línea discursiva simultánea. La génesis viene desde lo teatral y haciendo diferentes contenidos para entretener tanto a los chicos como a los adultos. Creo que cuando nos catalogan de ser una banda «para toda la familia» es peyorativo. Un ejemplo es cuando te venden algo que es «para toda la familia» y termina siendo un bodrio para los más grandes. Entonces lo que buscamos es hacer algo pertinente para todos.
—Se permiten tomar material de los chicos para componer algo más global.
—Sí, lo que nosotros no hacemos es hacer una temática solo para el mundo de los adultos. El chiste que encontramos es mezclar lo que le pasa a los adultos en función de la crianza. En ese juego de la cotidianeidad, uno tiene material para hacer stand up o comedias. Uno observa lo que le pasa en ese período, sus horarios, lo que comen; todo puede ser una canción. Encontramos esos puntos de dolor de la paternidad (risas), el primero fue la canción ‘¿Por qué no te mandé al turno tarde?’, ya que todos sabemos lo complicado que es levantar a los chicos y a uno mismo.
—¿Creen que haciendo esto de manera musical es mejor que hacerlo como un stand up?
—Hacerlo desde la música es acompañar todo ese discurso, muy artístico, y le da mucha riqueza a esa idea. Les Luthiers, salvando todas las distancias, encontraron una receta o un modo de contar historia, que quedaron más en el recuerdo que un monólogo de Enrique Pinti.
—¿Tuvieron la oportunidad de tocar en alguna escuela?
—Sí, estuvimos en una escuela de Rosario también tocando (risas) y se arma una movida que los pibes no la pueden creer. En algún punto hay un grado de incorrectitud y la escuela lo permite hasta un cierto límite. Y que los pibes canten ‘No me sale la tarea’, como un grito de guerra, es como que los chicos se hagan de alguna organización militante (risas).