Un choque entre facciones dejó este lunes diez muertos en una cárcel del interior del estado de Ceará, noreste de Brasil, informó la Secretaría de Justicia de la gobernación en esa jurisdicción.
«Los internos iniciaron una pelea entre grupos rivales, lo que resultó en las muertes», precisó la asesoría de la Secretaría. Las fuerzas de seguridad ya retomaron el control de la Cárcel Pública de Itapajé, a 125 kilómetros de la capital Fortaleza, añadió, sin precisar si hubo heridos o si se produjeron fugas.
La tragedia acontece apenas dos días después de la mayor masacre registrada en el estado, cuando grupos armados invadieron un club nocturno de Fortaleza y abrieron fuego, dejando 14 muertos y varios heridos.
Un sospechoso fue detenido y otros cinco fueron identificados como participantes en esa matanza, ocurrida la madrugada del sábado.
El gobernador de Ceará, Camilo Santana, calificó el hecho de «barbarie» e informó que implementará medidas para combatir el avance de las facciones que operan en la región.
Entre ellas, la centralización de las unidades de inteligencia de las fuerzas de seguridad y la creación de una unidad policial de combate al crimen organizado.
La guerra entre narcotraficantes dejó el 7 de enero cuatro muertos por un ajuste de cuentas en la periferia de Fortaleza.
Brasil suma la tercera mayor población carcelaria del mundo con 726.712 presos, según los últimos datos oficiales de junio de 2016. La cifra casi duplica la capacidad penitenciaria del país, calculada en 368.049 cupos para 2016.
El comienzo de este año estuvo marcado por choques en varios centros penitenciarios con saldos letales.
Desde enero de 2017, cuando se agudizó la crisis carcelaria con una masacre en un complejo penitenciario de Manaos (norte), la guerra entre grupos rivales en los presidios brasileños ha dejado más de 100 fallecidos.
Las principales masacres carcelarias de 2017 se produjeron en Manaos (56 muertos) y Roraima (33), ambas en el norte, seguidas de Natal (26), en el noreste.