Los combates no cesan en el este y oeste ucraniano. A su vez, no hay punto de encuentro en el marco de negociar un acuerdo de paz
Cruentos combates se registraban en las últimas horas en el este y el oeste de Ucrania en lo que parecían ser algunos éxitos en términos militares de parte de las fuerzas invasoras rusas, mientras los representantes de ambos países se cruzaron por el estado de las negociaciones para un acuerdo de paz.
«El tema del estatus neutral y la no adhesión de Ucrania a la OTAN es uno de los puntos clave en las negociaciones, es el punto donde las posiciones de ambas partes más se han acercado», dijo el jefe de la delegación de Rusia, Vladímir Medinski, ante la prensa.
El representante del Kremlin añadió no obstante que existen «matices» relacionados con las garantías de seguridad que exige Ucrania y explicó que se trata de cuestiones relacionadas «con las garantías de seguridad que recibe Ucrania además de las existentes, en caso de que renuncie a unirse a la Alianza» Atlántica.
Sin embargo, el asesor del presidente ucraniano y miembro del equipo negociador, Mykhailo Podolyak, aseguró después que la posición de Kiev no cambió pese a las declaraciones rusas.
“Nuestras posiciones no han cambiado”, tuiteó hoy Podolyak, quien acusó a los rusos de intentar «provocar tensión en los medios» con sus afirmaciones.
“Alto el fuego, retiro de tropas y fuertes garantías de seguridad con fórmulas concretas”, agregó.
Más temprano, el presidente ruso Vladimir Putin acusó a Ucrania de «retrasar» las negociaciones que buscan poner fin a la guerra y estimó que sus líderes ponen sobre la mesa pedidos «que no son realistas».
Estas dichos del mandatario ruso se produjeron durante una conversación con el canciller alemán, Olaf Scholz, informó el servicio de prensa del Kremlin.
Las fuerzas rusas intensificaron su asalto a las ciudades ucranianas con nuevos bombardeos en Kiev, donde una persona murió y otras cuatro resultaron heridas tras la caída de partes de un misil ruso sobre un edificio residencial de la zona norte de la capital, y en la nororiental Jarkov -la segunda más poblada del país-, donde al menos 500 personas fallecieron desde que empezó la guerra.
Según el servicio de emergencias ucraniano, disparos rusos alcanzaron «un establecimiento de enseñanza superior» y «dos edificios de viviendas vecinos» y causaron un muerto y 11 heridos en Jarkov.
Moscú, por su parte, anunció que lanzó dos misiles balísticos de corto alcance contra posiciones ucranianas de las afueras de Zaporiyia (sureste), desde donde se habrían tirado misiles en dirección a Melitopol (sur), una localidad controlada por las fuerzas rusas.
En la región oriental del Donbass, dos personas murieron y seis resultaron en ataques con misiles en la localidad de Kramatorsk, informó el diario The Guardian.
Entre las ciudades más castigadas se encuentra Mariupol, una ciudad portuaria sitiada del sureste del país, donde el ejército ruso y sus aliados separatistas combatían hoy en el centro urbano, anunció el Ministerio ruso de Defensa.
«En Mariupol, las unidades de la (autodenominada) República Popular de Donetsk, con el apoyo de las fuerzas rusas, estrechan el cerco y combaten a los nacionalistas en el centro de la ciudad», indicó el vocero del ministerio, Igor Konashenkov.
La alcaldía de esa ciudad señaló que la situación es «crítica», con bombardeos rusos «ininterrumpidos» y daños «colosales».
«Los combates con tanques y ametralladoras continúan. Todo el mundo se esconde en bunkers», dijo a la cadena británica BBC el alcalde de la ciudad, Vadym Boichenko, quien afirmó que más del 80% de los edificios residenciales están dañados o destruidos.
Pese a esta situación, las autoridades tenían expectativas de hallar sobrevivientes en un teatro que albergaba unas 1.300 personas que se refugiaban allí y fueron alcanzadas ayer por un bombardeo ruso.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, prometió mantener las tareas de rescate y confirmó que 130 personas sobrevivieron al ataque, mientras «centenares» siguen bajo los escombros.
Sin embargo, el primer balance publicado por el concejo municipal de Mariupol anunció que el bombardeo ruso al teatro dejó un herido grave, pero ninguna víctima mortal.
Respecto de Lugansk, la otra provincia separatista de la zona del Donbass, el reporte oficial afirmó que las fuerzas rusas y los rebeldes controlan ya el 90% del territorio.
En el otro extremo, en el oeste, el alcalde de Lviv -limítrofe con Polonia-, Andriy Sadovi, anunció que «misiles» rusos habían destruido una fábrica cerca del aeropuerto de esa población del oeste del país.
«Varios misiles han impactado una fábrica de reparación de aviones. El edificio quedó destruido por los disparos. El funcionamiento de la fábrica había sido suspendido previamente, con lo que no hay víctimas por ahora», escribió en Facebook.
Un periodista de la agencia AFP pudo observar una cortina de humo elevarse hacia el cielo en esa zona, así como vehículos de policía y ambulancias en esa dirección.
La ciudad de Lviv, por donde pasan gran parte de los ucranianos que huyen a otros países, no había sufrido ataques hasta el momento.
El gobierno ruso no confirmó esta acción denunciada por Ucrania, pero sí anunció que la aviación y la defensa antiaérea propias derribaron otros seis drones ucranianos en un ataque que se produjo anoche, informó este viernes el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, el general mayor Ígor Konashenkov, sin detallar la zona en la que tuvieron lugar las acciones.
En la ofensiva aérea, agregó, fueron destruidos 81 objetivos militares ucranianos, entre ellos cuatro lanzacohetes múltiples, tres centros de mando, ocho arsenales y equipos militares concentrados en 28 áreas.
Mientras tanto, los intentos para encontrar una salida diplomática al conflicto se intensificaron, con diálogos entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su par chino, Xi Jinping, y entre Putin y su hómologo francés, Emmanuel Macron.
Xi afirmó ante Biden que las dos superpotencias «comparten la responsabilidad de mantener la paz en el mundo» y, en ese sentido, manifestó que la guerra en Ucrania «no beneficia los intereses de nadie».
«La situación en Ucrania demuestra una vez más que los países no pueden involucrarse en enfrentamientos armados que no benefician a los intereses de nadie, y que la comunidad internacional debería abrazar la paz y la seguridad», dijo Xi, según el diario chino Global Times.
Asimismo, el mandatario chino le indicó al jefe de la Casa Blanca que ambos países, como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y las dos economías más grandes del mundo «no solo deberían desarrollar sus relaciones bilaterales por el buen camino, sino compartir la responsabilidad internacional a la hora de mantener la paz en el mundo».
Biden, por su parte, advirtió al líder chino que si su país ayuda a Rusia asumirá las «consecuencias».
El llamado entre ambos líderes ocurre en momentos en los que Beijing se encuentra bajo una importante presión diplomática de Washington y sus aliados europeos por su rechazo a condenar a Moscú, su aliado, por la invasión de Ucrania.
En tanto, Putin acusó a Ucrania de «numerosos crímenes de guerra» durante su llamada de una hora y diez minutos con Macron.
El presidente ruso se refirió «en particular a masivos ataques de cohetes y de artillería en ciudades del Donbass», a la vez que afirmó que el ejército ruso estaba «haciendo todo lo posible para preservar la vida de civiles», señaló el Kremlin en un comunicado.
En ese sentido, su par francés, quien manifestó su preocupación por el «deterioro de la situación en Ucrania, los continuos ataques a civiles y el no respeto del derecho humanitario», le pidió a Putin acciones «concretas».
Macron le solicitó «medidas concretas y verificables para levantar el sitio de Mariupol, garantizar el acceso humanitario y un alto el fuego inmediato», indicó, por su parte, la Presidencia francesa.