Se conocieron datos de la declaración de Carlos Argüelles, quien declaró como arrepentido en 2020 y en septiembre de 2021 fue asesinado
Dos testigos del juicio oral seguido en la ciudad de Rosario a Esteban Lindor Alvarado, líder de una banda narcocriminal enfrentada a “Los Monos”, coincidieron en que fue él quien ordenó el asesinato de otro capo del tráfico de drogas, Luis “Gringo” Medina, y uno de ellos aportó una lista de 40 personas que el acusado habría confeccionado para matarlas.
Una de las declaraciones fue reproducida en la audiencia de este jueves mediante un video ya que el testigo declaró en 2020 como “arrepentido” y en septiembre del año pasado fue asesinado.
Se trata del mecánico Carlos Argüelles, quien formó parte de la banda y fue condenado a 3 años tras un juicio abreviado en 2020, y cuyo testimonio se conoció en la audiencia de ayer del juicio a Alvarado y a otros seis miembros de su organización criminal, acusada por homicidios, asociación ilícita y lavado de activos.
También a través de videos se conocieron los testimonios de los hermanos Rodrigo y Mariana Ortigala, quienes frecuentaron a Alvarado hasta que tuvieron una pelea en 2012, a modo de “anticipo jurisdiccional de prueba”, porque ambos están amenazados y su seguridad corre riesgo.
Arguelles dijo, en el testimonio que se conoció ayer, que “a Luis Medina y (su novia) Justina Pérez Castelli los mandó a matar él”.
Medina y su novia modelo fueron asesinados de varios balazos a fines de 2013 cuando circulaban en auto en un acceso a Rosario, luego de haber abandonado la ciudad porque temían que los mataran.
Según el testimonio de Argüelles, Alvarado decía que Medina había “amenazado a su familia” para cobrarle una deuda, luego de que “El Esteban” cayera preso por robo de autos, a mediados de 2012, hecho por el que fue condenado en 2015 en la provincia de Buenos Aires.
Mariana Ortigala, otra “imputada colaboradora” que estuvo cerca de Alvarado y su ex esposa, Rosa Capuano, coincidió con Arguelles.
En su testimonio, reproducido en la audiencia, contó que Alvarado creció en el mundo criminal “cuando se juntó con Luis Medina por el tema del narcotráfico”.
“Sé que Luis lo inició a Esteban, le enseñó el negocio del narcotráfico. Después hubo un quiebre entre los dos, una pelea cuando Esteban estaba detenido”, contó Ortigala, y explicó que era prima política de Castelli, la novia de Medina.
“(Castelli) Me contó que se habían peleado, Luis le ha ido a cobrar alguna deuda a Rosa (Capuano), ella le dijo que no iba a pagar y entonces él le dijo: ‘Decile a Esteban que si no me paga ya sabe lo que les va a pasar a vos y a toda tu familia’”.
Medina fue asesinado el 29 de diciembre de 2013, siete meses después del crimen del entonces jefe de la narcobanda “Los Monos”, Claudio “Pájaro” Cantero, y ambos homicidios reconfiguraron el escenario criminal de la ciudad de Rosario, hasta entonces dominado por “grandes bandas” que controlaban el mercado ilegal de drogas con escasas dosis de violencia.
En el testimonio de Arguelles reproducido ayer, el mecánico asesinado a tiros en su taller en septiembre pasado luego de convertirse en “imputado colaborador”, dijo que Alvarado “en 2012 se jactaba de haber matado a más de 100 personas en esta guerra narco”.
También aportó entonces una lista con 40 nombres que, según dijo, Alvarado quería matar.
En la nómina hay personas asesinadas y desparecidas, precisaron fuentes judiciales.
Entre ellas, Arguelles mencionó a dos hijos de una mujer condenada por narcomenudeo, Olga “Tata” Medina, que fueron asesinados, además de aportar el nombre del diputado provincial Carlos Del Frade, que hace unos años reveló que le habían avisado del presunto plan de Alvarado.
El testimonio del mecánico también apuntó que el principal acusado del juicio que se inició el lunes planificó secuestrar a un hijo del ex ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro, y matar al jefe de la barrabrava de Rosario Central, Andrés “Pillín” Bracamonte.
Argüelles también endilgó en su declaración a su antiguo jefe el asesinato del prestamista informal Lucio Maldonado, ocurrido en noviembre de 2018, y cuya investigación derivó en el juicio que se está llevando adelante.
“Ha matado a tanta gente que no me sorprende que me diga que va a morir tal persona. Él no mata porque si ve sangre se desmaya, por eso manda a matar”, sostuvo el mecánico.