Antes de la lectura de la sentencia del juicio a Julieta Silva, por haber atropellado con su auto y matado a su novio, el rugbier Gernaro Fortunato, en la puerta de un local nocturno de la ciudad de San Rafael la madre del joven pidió la palabra y le preguntó a la acusada «¿Por qué?» lo hizo.
«¿Por qué Julieta?, Genaro te quería», expresó intervención de la madre de Fortunato, Graciela Linares, quien pidió que se escuchen sus palabras, antes la lectura de la sentencia, a cargo de los jueces Rodolfo Luque, Julio Bittar y María Eugenia Laiglque estaba prevista para las 14.30.
En el momento de la pregunta, Silva irrumpió en llanto en forma inmediata.
«Me he mantenido muy tranquila, y necesito poder entender muchas cosas. Demasiado dolor tenemos. Y creo tener el derecho de preguntar por qué, para poder entender qué pasó, qué tanto mal hizo», le expresó a la acusada la madre de Fortunato, según reprodujo el sitio MDZOL.
«Genaro te quería Julieta, tenía proyectos con vos. Proyectos, y vos sabés de lo que te estoy hablando. Estaba contento, con ganas de vivir. Desde el fondo de mi corazón, que Dios le de paz a tu alma», añadió la madre del muchacho fallecido.
A pedido de la defensa, el discurso fue interrumpido por el tono personal que había adquirido, mientras que Silva se abstuvo de su derecho a enunciar las palabras personales antes de escuchar la sentencia del caso.
A la audiencia final no asistió por razones personales el fiscal Fernando Guzzo, quien reclamó una condena de 14 años de prisión para la acusada, mientras que la querella pidió una pena de 20 y la defensa solicitó la absolución.
El hecho ocurrió durante la madrugada del 9 de septiembre del año pasado a la salida de La Mona Bar, un lugar al que Silva, de 30 años, y Fortunato, de 25, habían concurrido unas horas antes.
Al parecer, el joven intentó detener la salida intempestiva de su novia del lugar tras una discusión, pero al colgarse del auto, la mujer giró en «u», lo atropelló y lo mató en el acto.
Silva permaneció internada con custodia policial en el área de Salud Mental del hospital Schestakow hasta que el 12 de septiembre fue trasladada al penal de San Rafael.
La mujer dijo que esa noche olvidó sus lentes y que no vio a su novio caído en el suelo antes de atropellarlo cuando regresaba para devolverle su celular, que había quedado en el auto.
Según una pericia oftalmológica Silva padece astigmatismo de -3 en ambos ojos, situación que la obligaba a conducir con lentes.
El 31 de octubre del año pasado, la Primera Cámara del Crimen de San Rafael le otorgó la prisión domiciliaria a la acusada.