De las 14 fórmulas presidenciales que se enfrentarán en las urnas, solo dos candidatos parecen tener posibilidades de suceder al presidente Juan Orlando Hernández
Los hondureños elegían hoy en las urnas al sucesor del presidente Juan Orlando Hernández, cuestionado por corrupción y cuyo partido podría ser desbancado tras 12 años en el poder, en elecciones que se desarrollaban con tranquilidad, sin mayores incidentes y con alta participación, según la autoridad electoral.
La candidata de izquierda y ex primera dama Xiomara Castro, del Partido Libertad y Refundación, es la única entre 13 aspirantes opositores a la que los sondeos dan posibilidades de vencer al candidato del Partido Nacional (PN) gobernante, el alcalde de Tegucigalpa, la capital, Nasry Asfura.
«Hay una afluencia importante de votantes, lo cual nos satisface mucho, me congratula saber que hay interés en votar; el proceso se puede extender una hora más, y a las 20 (las 23 en la Argentina) estaremos dando el primer parte preliminar», declaró Ana Hall, magistrada del Consejo Nacional Electoral (CNE), quien admitió que los colegios podrían permanecer abiertos hasta una hora más del límite original, a las 16 (19 en la Argentina).
Castro votó esta mañana en la ciudad de Catacamas, departamento Olancho, en el este del país, y exhortó a a sufragar de forma masiva.
«Asistamos a las urnas masivamente temprano para poder ejercer el derecho que tenemos como ciudadanos del voto para hacer un cambio en nuestro país; tengamos paz, no atendamos provocaciones, sabemos que van a intentar provocar al pueblo, hay desesperación, especialmente de aquellos que han estado gobernando estos 12 años», expresó, según la agencia de noticias AFP.
Antes de votar en Tegucigalpa, Asfura, quien fue acusado en 2020 de malversar fondos públicos, nombrado en los Pandora Papers y vinculado al tráfico de influencias en Costa Rica, abogó por destacar la participación popular.
«Lo que el pueblo hondureño quiere al final es el respeto; todo lo van a decir las urnas, esperemos; según los resultados, veremos la reacción de todo candidato; paz, tranquilidad, sosiego, para darle a Honduras lo mejor», agregó, citado por la agencia Sputnik.
Hernández, tras emitir su voto en su municipio natal Gracias, departamento Lempira, en el oeste de Honduras, manifestó: «Estoy optimista con los resultados, yo recibí al país más violento en la faz de la tierra, ya no lo somos, nos entregamos un país quebrado y dejamos un país con unas finanzas robustas».
El presidente logró la reelección cuatro años atrás en polémicas elecciones en las que enfrentó a un candidato de una alianza coordinada por el exmandatario Manuel Zelaya (2006-09), esposo de Castro, pese a acusaciones de fraude de la oposición y de observadores, lo que desató una ola de protestas y represión estatal que dejó una treintena de fallecidos.
Esta vez, aunque existe un alto nivel de desconfianza y muchos hondureños temen que vuelva a haber violencia gane quien gane, la jefa de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea, Zeljana Zovko, destacó que la jornada se desarrollaba en un ambiente «tranquilo» y que la afluencia a los centros de votación estaba «siendo alta», según el diario local La Tribuna.
Además, Estados Unidos envió al jefe de su diplomacia para América latina, Brian Nichols, a reunirse con los candidatos porque no quiere que una nueva crisis aliente aun más las olas migratorias que constantemente llegan de Centroamérica.
En paralelo, se registraron algunas denuncias de irregularidades, como la caída del sitio en internet del Consejo Nacional Electoral (CNE), el cierre temporal de al menos un centro de votación, presuntos votos marcados, y una demora en la apertura de las mesas, que debían habilitarse a las 7.
«Está caída desde temprano la página del CNE, la gente intenta entrar para saber dónde votar y los del (gobernante) Partido Nacional los mandan a otros lados; hay una trampa, esperemos que se restituya», reclamó Salvador Nasralla, candidato a vicepresidente por Libre.
Medios locales reseñaron también el cierre temporal por parte de las Fuerzas Armadas de un colegio electoral en Tela, en el departamento norteño Atlántida, debido al movimiento ilegal de un escáner de huellas digitales, un sistema de identificación biométrica que se utiliza por primera vez en el país.
Observadores denunciaron además que el PN entregaba dinero a electores en los alrededores de la escuela John F. Kennedy, donde se permitía el ingreso de teléfonos celulares y el oficialismo reclamó que en un centro de votación de la ciudad caribeña de Puerto Cortés, había votos marcados a favor del Partido Liberal.
Los hondureños también votaban a los 128 miembros del Congreso Nacional y 20 representantes del parlamento centroamericano.
Estos resultados serán los definitivos, ya que en Honduras no hay posibilidad de balotaje.
Los temores de fraude y reportes de al menos 31 muertos como parte de la violencia política en esta campaña, avivan las tensiones, mientras el país experimentó un saltó del 5,7% en 2019 al 10,9% en 2020 del desempleo, según la Universidad Nacional Autónoma, y tiene el 59% de sus 10 millones de habitantes sumidos en la pobreza.