Un hombre transformó un Ford Sierra del 93 en una parrilla para homenajear a Diego Armando Maradona
«En el Oeste está el agite», canta Divididos, que sin lugar a dudas tendría que agregar que en esa zona del Conurbano bonaerense también está el mejor homenaje a Diego Armando Maradona. Se trata de un auto-parrilla creado para unir el amor por el 10, el fútbol, el asado y los amigos.
Hace un año y medio, Andrés Sternari compró un Ford Sierra modelo 93, sólo para usarle el motor y le quedó la carrocería como chatarra, ocupando todo el patio de su casa, ubicada en la colectora del Acceso Oeste, a la altura del peaje de Ituzaingó.
Como sus hijas necesitaban el patio para jugar, los restos del auto debieron salir y quedaron afuera. «Lo principal era sacarlo del patio de casa. Lo pusimos en la vereda con mi primo, Cristian, y como lo vimos todo feo, lo volvimos a entrar y lo pintamos, con la bandera de Argentina y a Maradona. La idea era hacerle algo diferente y entre los dos se nos ocurrió lo de la parrilla. Fue, más que nada, hacer un espacio para juntarnos con amigos a comer asado cuando jugaran Morón o la Selección», contó el padre del auto-parrilla maradoneano.
Con la ayuda artística de Darío Menza, @mickyletras en redes sociales, el cadáver del Ford Sierra se transformó en una joya de colección que atrae las miradas de todos los que pasan por la zona.
El estreno del auto-parrilla en homenaje al Diez no pudo haber sido mejor: las primeras brasas ardieron en la noche del 10 de julio pasado, con motivo de la final de la Copa América entre Argentina y Brasil. «Hicimos una parrillada para nosotros», recordó Andrés Sternari en diálogo con NA.
Sternari, que se define como «el gallina más maradoneano», se dedica a realizar repartos de mercadería a supermercados chinos y almacenes. En uno de esos viajes, su Renault Kangoo sufrió la avería: «Como no podía arreglarla por la guita, me animé a hacer el fuego y me puse a vender ahí. Estuve dos meses, más o menos, hasta principios de noviembre, cuando la dueña de la casa que alquilo me pidió que no lo hiciera más. Fue mi changa para salir del paso».
El objetivo de Andrés y su primo era que «el asado y el fútbol se encuentren y también un homenaje a una persona sagrada», por eso optaron que «quedara en la calle, así la gente que pasa se puede sacar fotos».
Fotos como la que él se sacó con Maradona en aquel verano de 2007, cuando pudo conocer al Diego: estando de vacaciones en Santa Teresita, un fin de semana fue a visitar a un amigo a Pinamar.
Allí se enteró de que el 10 estaba en un restaurant y Andrés se quedó a esperarlo. Cuando lo vio, no dudó en pedirle una foto juntos. Además de esa imagen, el padre del auto-parrilla también guarda una camiseta de la Selección firmada por el Pelusa.