Desde la estación de Malargüe en Mendoza, CONAE y su par rusa obtuvieron con las respectivas antenas una imagen de radar biestática intercontinental de la Luna que abre nuevas perspectivas para explorar el universo
La utilización de dos antenas, ubicadas en la Argentina y en Rusia, hizo posible realizar con éxito un experimento sobre observaciones de radar biestático intercontinental para obtener una imagen de la Luna.
Las observaciones por radar son uno de los métodos más efectivos de detección remota de la Luna desde la Tierra, lo que permite el mapeo de alta resolución espacial y la exploración de propiedades físicas de la superficie y del subsuelo.
Estos datos se pueden utilizar para seleccionar lugares de aterrizaje para naves espaciales, prospección y minería, lo cual es especialmente importante debido al mayor interés de muchos países en la exploración lunar.
La generación de información de valor sobre el movimiento y la forma de los objetos, con gran resolución, fue procesada por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) en el ámbito del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, junto al Instituto de Astronomía Aplicada de la Academia de Ciencias de Rusia (IAA RAS), con la asistencia de la empresa Telespazio, informó la agencia espacial argentina a través de un comunicado.
La imagen, lograda el 1 de septiembre de 2021, se obtuvo a partir de un pulso de radar emitido desde la Argentina, utilizando la Estación Deep Space 3 – Malargüe (DS3), de la Agencia Espacial Europea (ESA), instalada en la provincia de Mendoza por acuerdo con la CONAE, cuya moderna antena de 35 metros de diámetro, irradió el cráter de Arquímedes, en el este de Mare Imbrium, con una señal a 7190 MHz (4,2 cm).
El eco de ese pulso de radar fue recibido por el Observatorio de Radioastronomía de Svetloe, de la red rusa Quasar, mediante su radiotelescopio de 13,2 metros (RT-13).
Como resultado de las observaciones, se obtuvieron imágenes de radar de la superficie lunar con una resolución espacial de unos 300 metros.
Dos estaciones
Argentina posee dos estaciones para la exploración del espacio profundo, instadas en las provincias de Mendoza y Neuquén, erigidas a partir de los acuerdos alcanzados entre la CONAE con la agencia espacial europea, en un caso, y en otro con China.
La Deep Space 3 (DS3) fue inaugurada en 2012, a partir de un acuerdo con la ESA, y forma parte de la Red Europea de Seguimiento Espacial (ESTRACK).
En ambos casos, la comunidad científica nacional puede acceder al 10% de uso de estas antenas de avanzada tecnológica para realizar observaciones aplicadas a proyectos de investigación del universo.
El instrumental sofisticado disponible en el país, sumado al instrumental de avanzada disponible alrededor del mundo, permite idear proyectos vertiginosos de exploración del universo a través de la colaboración, donde el rol de la Argentina resulta clave’’, indicó Stanislav Makarchuk, responsable de Área de Cooperación Internacional en Espacio Ultraterrestre de la CONAE, quien coordinó el experimento del lado argentino, realizado en el marco de un acuerdo de colaboración vigente entre la agencia espacial argentina y el IAA RAS.
“El experimento conjunto realizado no solo representa un salto tecnológico en la instrumentación, ofreciendo oportunidades para el desarrollo de capacidades nuevas de medición y generación de datos científicos de mucho valor, demuestra la sinergia que se logra establecer con nuestros socios, sino también desvela nuevas capacidades tecnológicas versátiles y perspectivas científicas exponenciales, resultantes de la cooperación espacial internacional”, dijo.
Yuri Bondarenko, quien dirige el grupo de astronomía de radar en el Instituto de Astronomía Aplicada de la Academia de Ciencias de Rusia, afirmó: “Este experimento demostró nuestra capacidad para realizar y procesar observaciones de radar de la Luna sin utilizar radares potentes especialmente diseñados y radiotelescopios de alta sensibilidad. La experiencia adquirida abre nuevas perspectivas para el estudio de Mercurio, Venus, Marte y los asteroides que se acercan a la Tierra en un futuro próximo”, concluyó.