CLG dialogó con Rita Larrañaga, directora de la asociación, sobre el trabajo que llevan adelante
Casa del Paraná es una asociación civil sin fines de lucro que trabaja en Rosario desde 2007. El objetivo principal de la Casa Club es la inclusión social y laboral de personas con padecimientos psíquicos, como la esquizofrenia, la depresión y el trastorno bipolar. CLG dialogó con Rita Larrañaga, directora de la misma, sobre el trabajo que llevan adelante.
En primer lugar, Rita explicó: «El objetivo tiene que ver con la inclusión social y laboral de las personas que asisten, que no son pacientes del lugar. Estas personas tienen sus tratamientos terapéuticos por fuera y en paralelo está el trabajo que se hace acá». «Son miembros activos de la Casa Club, y en consecuencia, miembros activos de su propia recuperación», enfatizó.
En esa misma línea, profundizó: «Lo que brinda Casa del Paraná a la membresía no tiene que ver con espacio terapéutico, sino que es una jornada laboral diaria. Los miembros y el personal comparten la responsabilidad de mantener la casa club en funcionamiento. Se pueden involucrar en trabajos como administración, recepción, limpieza y mantenimiento, cocina y servicio de bar». «También se hace todo lo que tiene que ver con buscar trabajo, como armar un perfil para cada miembro, estar atentos y buscar las oportunidades en plataformas», añadió.
«Además, hacemos conexiones con empresas para que los miembros puedan tener experiencias remuneradas», comentó. Y siguió: «Esto tiene que ver con trabajar para garantizar la eliminación del estigma que sufren las personas con este tipo de padecimientos».
Más allá del ámbito laboral en sí mismo, la directo expresó: «Se trata de que los miembros puedan acceder a los derechos básicos como son la educación, la vivienda, el trabajo. Pero también la recreación y la cultura«. «Luego de esa jornada laboral diaria, hay otros programas que complementan y dan sentido a los objetivos de Casa Club. Tenemos un programa artístico que se desarrolla los sábados a la mañana, es un espacio experimental de arte. Hay programas sociales, que son por fuera del horario de trabajo, después de las 17 los días de semana, los domingos y los feriados», señaló. A lo que aclaró: «Son espacios estrictamente recreativos, diferentes actividades que surgen a partir de los intereses de los miembros».
Al ser consultada por cómo los afectó la pandemia, comentó: «Nos manejamos con el lema ‘El edificio está cerrado, pero la comunidad sigue abierta’. Esto es una comunidad de apoyo mutuo, con la pandemia nos transformamos en una comunidad de apoyo mutuo virtual. Seguimos trabajando de lunes a viernes y estábamos a disposición».
«A medida que se fueron liberando restricciones, empezamos a hacer un intermedio entre virtualidad y presencialidad. Hacíamos caminatas por los parques, o pequeñas salidas a tomar un café», recordó. Asimismo, indicó: «Luego retomamos en la Casa Club, priorizando a quienes tenían menos redes afectivas. Un coordinador y un miembro para poner en marcha el espacio. Finalmente, el lunes 4 de enero retomamos la presencialidad en burbujas y con protocolos. Ahora ya estamos un poquito más liberados».
Casa del Paraná se sostiene a través de «donaciones de dinero o especies». A su vez, tiene una campaña de socios en la que se puede colaborar mensualmente «con el aporte que puedan». La directora invitó a todos los interesados a comunicarse con ellos a través de sus redes sociales, página web o a los teléfonos 4665444, o 3415773746, ya sea para realizar donaciones o para sumarse como voluntarios.
«Siempre se necesita gente que dé una mano. Eso también hace a la idea de comunidad», detalló. «La Casa Club es una comunidad de apoyo mutuo, pero no la constituyen solo los miembros. Nosotros creamos comunidad todo el tiempo, y para eso hay que tener la puerta abierta. La idea es ir tejiendo redes permanentemente, con los vecinos del barrio, con las empresas, con otros miembros de otras casas clubes. Armar ese tejido social y esas redes garantiza que el modelo sea exitoso», analizó.
En cuanto a las personas que quieran acercarse para ser miembros, Rita indicó que pueden comunicarse por las mismas vías. Además, aclaró: «Hace algunos años somos prestadores de salud a nivel nacional por lo que algunas obras sociales, mutuales y prepagas reconocen el servicio que brindamos. Entonces hacen un pago por cada uno de los afiliados que asiste a Casa Club». De todas maneras, enfatizó: «Eso no es una condición. El espacio está abierto de forma voluntaria y gratuita a cada persona que reúna las características y necesitan ese espacio».
Sobre el final, reveló que «en el mundo hay más de 300 casas clubes en 32 países diferentes». «Casa del Paraná fue la primera de América Latina y de habla hispana. Por suerte, después se creó otra en Gualeguaychú, Entre Ríos, y recientemente se sumó la Casa Club de Buenos Aires en el barrio Palermo», determinó. Casa del Paraná trabaja actualmente con personas de Rosario, Cabin 9, San Pedro, San Lorenzo y Cañada de Gómez. Pero, como aclaró Rita para terminar, «la idea es que en algún momento se puedan abrir más y cada lugarcito tenga su propia casa club para cada persona que la necesita».