Espectáculos

Héctor Ansaldi y un melodrama que está basado en una historia personal


Uno de los grandes referentes de la escena local dirige y actúa en “Las Flores”, que se presenta los viernes y sábados en la ciudad. Dialogó con CLG

Por Mario Luzuriaga

Es uno de los grandes dramaturgos y actores que tiene la ciudad. Tiene tiempo de alegrar a los niños cuando se transforma en «Piripincho» y también lo puede dejar de lado para meterse en obras más comprometidas.

Actualmente tiene dos obras que está presentando actualmente en la sala «Caras y caretas», los viernes y los sábados. Es Héctor Ansaldi, quien dialogó con CLG sobre sus creaciones.

—Nuevamente reestrena «Las flores».

—Esta obra se me ocurrió cuando me regalaron unas ropas de los años sesenta y dije que tenía que escribir algo sobre esos vestuarios. Preferí que lo usaran hombres y partí desde los espacios. Se me ocurrió hacer percheros móviles. La idea salió de una historia de una tía mía, que mi abuelo se la llevó de un pueblo, porque ella se había enamorado de un hombre que tenía sífilis y mi abuelo se enteró de eso por medio de un farmacéutico. Se la trajo a Rosario y nunca más volvió. Me pareció terrible, pero sirve para hacer una obra.

—Básicamente es una historia familiar…

—Tomé la historia pero recargué las tintas sobre el padre, que no tiene nada que ver con lo que sucedió, que violó a su hija con la que tuvo más hijas y también las violó. Tenía miedo por cómo se iba a tomar el público a «Las flores», pero al ser sarcástica, ayudó a que se tomara así. Pegó mucho ya que a estos roles lo hacen hombres y eso produce un distanciamiento y se va aflojando la situación.

—¿Cómo fue esta vuelta al teatro?

—Fue emocionante e importante para los actores de poder enfrentarse nuevamente al público. El problema es que tenemos los aforos muy bajos, por lo menos se llena (risas). Por suerte la gente responde y tenemos todos los protocolos aprobados. Durante la pandemia hice pocas cosas por streaming, pero a mí me gusta estar en contacto con la gente.

Siempre te animaste a tomar riesgos en tus obras y está bueno que te lo puedas permitir.

—Sí, es un riesgo pero es lo que me gusta. Pero luego de hacer tanto teatro infantil, que sigo haciendo, hay otra cara de la moneda que necesita expresarse. Creo que generé un estilo propio y eso el público lo nota