CLG dialogó con Matías De Bueno, abogado especializado en Derecho Ambiental y director del Observatorio Ambiental de la UNR, sobre la compleja situación
El humedal del delta del Paraná es escenario de quemas indiscriminadas y sin descanso desde hace ya bastante tiempo. En la última semana, un importante foco se desató frente a la localidad bonaerense de San Nicolás, unos 70 kilómetros al sur de Rosario, y volvió a encender las alarmas. En ese contexto, CLG dialogó con Matías De Bueno, abogado especializado en Derecho Ambiental y director del Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), quien alertó: «Es una locura lo que está pasando».
Para comenzar, De Bueno explicó cuál era la situación registrada en la jornada del miércoles que derivó en una importante presencia de humo en la ciudad: «Teníamos captado un incendio de unas 7 mil hectáreas enfrente de San Nicolás, es un incendio que creció muy rápido en una semana. Y, además, entre San Pedro y Zárate había otro de dimensiones realmente enormes que abarcaba unas 20 mil hectáreas. En esa región se quemaron 30 mil hectáreas en una semana».
Entonces, detalló: «Como para que la gente pueda dimensionar: el parque Independencia tiene 100 hectáreas. Si lo comparás, es como si se hubieran quemado unos 375 parques Independencia en una semana en la región«. Una simple comparación que pone de manifiesto la gravedad de lo que está pasando.
Debido a estos incendios, la calidad del aire se vio afectada en la última jornada. «Acá en la ciudad estábamos pasados en un 20 por ciento aproximadamente de los niveles guía. En la zona de San Nicolás estaban por encima siete u ocho veces», señaló.
«Nosotros tuvimos un aire viciado durante todo el año, fue bastante habitual estar por encima de los niveles guía», aseguró. Y continuó: «Un poco por los incendios de las islas y otro poco por las emanaciones que hay en toda la provincia. Muchos basurales están prendidos fuego y eso genera mucho material particulado. Hay fuego no solo en la isla, si no en diferentes campos en el interior de la provincia».
En agosto de 2020, el director del Observatorio Ambiental de la UNR había asegurado a CLG: «Es un momento histórico donde es absolutamente irracional la quema, porque estamos un medio de una sequía». Un año más tarde, indicó: «Pasó de irracional a esquizofrénico. Es una locura lo que está pasando. No existe, no entra en ninguna cabeza».
«Las condiciones climáticas son iguales o peores por la bajante extrema del río, sumado a que ya tuvimos la experiencia durante el año pasado de todo lo que se fue desarrollando, con lo cual deberíamos estar mucho más preparados», analizó. A lo que agregó: «La ley de Presupuesto Mínimo de Cambio Climático plantea que tiene que haber menor cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero -todo lo contrario a lo que pasa que cuando prendemos fuego- y que tenemos que generar la mayor cantidad de sumideros de carbono, mientras que lo que nosotros hacemos es destruir uno de los mayores que tenemos que es el humedal. Entonces, es realmente una locura».
Además, remarcó: «Estamos en un momento en el que el mundo va para el otro lado: se están activando todas las alertas de los paneles de expertos de Naciones Unidas». «Están planteando que en el 2040 vamos a estar pasando el 1.5 de aumento de temperatura por sobre los niveles preindustriales, y están viendo de qué manera resolverlo. Si ahora hay desequilibrios ambientales, con un aumento de temperatura consolidado serían mucho más fuertes», comentó.
De Bueno fue muy directo: «Si tenemos que buscar responsabilidades, la número uno está en los Estados, las autoridades de aplicación y de control». «Ya sabemos que hay gente que va y prende fuego y sabíamos también que en cualquier momento iba a soplar un viento fuerte e iba a agarrar un campo con mucho material combustible y se iba a desarrollar un incendio de dimensiones faraónicas, pero ¿qué hicimos?», cuestionó.
Entonces, se refirió a la Ley de Humedales: «La única posibilidad de que avance es que haya una fuerte decisión del gobierno nacional. Para que la ley avance la forma es que el gobierno nacional la impulse, porque es una política de Estado». Pero disparó: «A esta altura yo ya dudo de si la decisión es que la ley exista y dudo si no quieren quemar. Realmente, en esta instancia a mí se me plantean más dudas que las certezas que tenemos».
«Si quisiéramos proteger realmente la situación sería distinta: se destinarían recursos mucho mayores. No podés ir a combatir un incendio de 20 mil hectáreas con 70 personas, no existe», enfatizó. Y concluyó: «La realidad es que si en una semana se te queman 30 mil hectáreas, algo mal estás haciendo».