Entre los 301 pacientes que participaron en el sondeo, sólo el 45,6% de los encuestados alcanzó la cura del virus, mientras que el resto estaba todavía en tratamiento o a la espera de acceder a la medicación para lograrlo
El 55,6% de los argentinos con hepatitis C tardaron más de una década en ser diagnosticados, y el 17,2% entre 5 y 10 años, según un sondeo sobre una enfermedad que afecta a cerca de 200.000 personas en nuestro país, en el marco del Día Mundial de las Hepatitis Virales que se conmemora este 28 de julio.
La encuesta, denominada “Hepatitis C. El camino a la cura”, fue una iniciativa de la Asociación Civil Buena Vida, organización de pacientes que acompaña a personas con enfermedades del hígado.
El proyecto obtuvo el auspicio de la Sociedad Argentina de Hepatología (SAHE) y el Programa Nacional de Hepatitis Virales del Ministerio de Salud.
Entre los 301 pacientes que participaron en el sondeo, sólo el 45,6% de los encuestados alcanzó la cura del virus, mientras que el resto estaba todavía en tratamiento o a la espera de acceder a la medicación para lograrlo.
Rubén Cantelmi, paciente curado y presidente de la Asociación Buena Vida, sostuvo que en este “Día Mundial, y todavía atravesando la pandemia, se nos renueva el entusiasmo por encontrar más pacientes y por lograr que los que ya tienen diagnóstico retornen al sistema de salud y recorran el camino que los lleve a curarse”.
La Alianza Mundial contra las Hepatitis subrayó que muere una persona cada 30 segundos en el mundo por causas vinculadas a las hepatitis virales, y este año para concientizar propuso como lema que esta enfermedad “NO puede esperar”.
Las medicaciones modernas están disponibles desde 2015, razón por la cual en la actualidad “hace la diferencia recibir el diagnóstico porque ahora es sinónimo de posibilidad de cura, evitando el desarrollo de cirrosis o cáncer hepático”, indicaron.
Manuel Mendizabal, médico hepatólogo y secretario de la Comisión Directiva de la SAHE, explicó que “el análisis de sangre para detectar esta enfermedad es sencillo y económico, pero muchas veces no se solicita entre los estudios de rutina como el nivel de colesterol o de glucemia”, y agregó que “cuando uno va a hacerse un chequeo anual, puede pedírselo al médico, al menos una vez en la vida y permite evitar serias complicaciones a futuro con riesgo de vida”.
Seis de cada diez encuestados desconocían cuándo o cómo habían contraído el virus, aunque hoy los avances en las medidas preventivas de esterilización de instrumental y sangre segura adoptadas permitieron disminuir las instancias de contagio.
La mayoría dio con el diagnóstico de forma accidental: un hallazgo fortuito en un control de rutina (36%), tras una consulta médica por síntomas no vinculados a la hepatitis (26%), al intentar donar sangre (20,2%) o participando de campañas gratuitas de detección en la vía pública (6,5%).
Ezequiel Mauro, director del Programa Nacional de Hepatitis Virales del Ministerio de Salud, dijo que “se ha establecido el tratamiento universal del virus de la hepatitis C, basado en nuevas drogas antivirales altamente efectivas que curan a más del 95%, con un excelente perfil de seguridad y que nos permiten la simplificación del tratamiento a tan solo 8 o 12 semanas”.
La encuesta reflejó que 6 de cada 10 casos tardó más de 6 meses entre la confirmación del diagnóstico (mediante un estudio de su carga viral) y el inicio de los trámites para acceder al tratamiento, y sólo el 7,5%, menos de un mes.
El 87,2% del total de los pacientes tratados o en tratamiento demoraron más de un año entre el diagnóstico y el acceso a la medicación.
Sobre este punto, el 28,2% respondió que porque “no le dolía nada”; el 21% creyó -erróneamente- que el tratamiento generaba muchos efectos adversos; el 17,3% no sabía que la hepatitis C tuviera cura; el 8% asumía que iba a tener que pagar por las drogas y que serían caras -cuando en realidad el paciente no debe pagar nada de su bolsillo-, el 7% consideraba que no lograría que le dieran los medicamentos y el 6% no podía descuidar el trabajo o el hogar.
Consultados los sobre si habían tenido inconvenientes durante la pandemia para acceder a especialistas, turnos para controles, estudios de rutina para el cuidado de su hígado o entrega de medicación, el 33,4% respondió que sí; el 59% respondió que no, y el resto no había intentado, no sabía o había postergado la consulta médica.
Entre quienes habían tenido inconvenientes, en el 36,8% de los casos la demora fue de más de 6 meses; en el 15,4% fue de entre 4 y 6 meses y en el 47,9% restante fue de entre 1 y 3.