Las calles se tiñeron de verde y celeste este miércoles cuando militantes a favor y en contra de la legalización del aborto se hicieron presentes en las inmediaciones del Congreso Nacional para vivir de cerca y con atención la votación de la iniciativa que estaba prevista para la madrugada.
Manifestantes con pañuelos de color verde y celeste, mantuvieron el acampe que comenzó en la Plaza del Congreso durante la noche de este martes con la intención de ejercer presión sobre los senadores.
El frío y la lluvia, no lograron espantar a la militancia, que se concentró en dos sectores claramente delimitados con vallas y presencia policial: aquellos que están a favor de la legalización del aborto permanecían de un lado de la plaza, a lo largo de la Avenida Callao, desde Corrientes hasta Rivadavia; mientras que los grupos denominados «provida» se ubicaron, del otro lado de la plaza, desde la Avenida Hipólito Yrigoyen hacia el sur.
«Espero que nos escuchen. Las calles no se llenan por nada. Ojalá que el Senado nos escuche», dice Pilar, de 24 años y estudiante de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que concurrió a la plaza con su amiga Celeste, de 23, y estudiante de Medicina de la UNLP.
Ambas, llevan los pañuelos verdes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito en sus muñecas.
Entre estudiantes universitarios, de secundario, y diferentes organizaciones sociales, no pasa desapercibida Alicia Schejter, una de las cinco pioneras que en 1987 empezó a militar el lema «Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir», para lograr la legalización del aborto.
Peinando canas, la mujer reconoce en diálogo con NA su sorpresa ante la multitudinaria presencia, principalmente de jóvenes: «La verdad es que nunca creímos que esto iba a pasar. Es increíble que las chicas más jóvenes lo hayan tomado como propio y se hayan sumado a esta lucha».
Así como hace 30 años estaba en la misma zona, en la que hoy se montaron varias carpas de la Campaña, repartiendo folletos junto a cuatro mujeres en la esquina de la Confitería El Molino, este miércoles 8 de agosto Schejter compara aquellos tiempos con la actualidad en la que las mujeres han ido ganando protagonismo.
«Esto que vivimos hoy realmente es una sorpresa. Cuando empezamos en 1987 íbamos una vez por semana a volantear; luego vino la Campaña en 2005; y ahora esta explosión que arrancó el 13 de junio», agrega, visiblemente emocionada, esta enfermera jubilada, que -cuenta- nunca quiso practicar un aborto porque desde que empezó su militancia la lucha fue para legalizar la práctica.
Del otro lado de la Plaza del Congreso y de las vallas, el celeste predomina en las calles, son las organizaciones «provida, que decidieron esperar la votación con un festival con bandas en vivo y relatos testimoniales. Varias carpas blancas fueron instaladas en el lugar en donde se desarrollaban paneles, charlas, y hasta ecografías en vivo.
También pusieron dos pantallas gigantes en las esquinas de Entre Ríos con Yrigoyen y con Alsina para que los manifestantes puedan seguir la sesión del Senado en vivo.
«Esperemos que el proyecto se rechace porque los votos están. Esperemos que nos escuchen y que vean toda la gente que se movilizó hasta acá de todo el país», señaló a NA Juliana Sierra de la Unidad Provida, delegación Salta.
Y agregó: «Creemos que el planteo tiene que pasar por otro lado. Se tiene que hacer otro planteo. La solución no es el aborto. Que se cumpla la educación sexual integral, pero también la educación. Creo que la educación es lamentable y por eso se llega a situaciones extremas».
Desde el escenario principal, donde a las 18:00 se iba a realizar el acto central, el periodista deportivo Gastón Recondo, fue uno de los invitados a participar de la jornada, a la que llegaron desde el interior del país más de 1.500 colectivos con manifestantes.
«Pedimos que se respete el derecho a vivir. La vida comienza desde el momento de la concepción. De este lado de la plaza lo que tenemos que tener en claro es el respeto al otro. Algunos por fe, o por conocimientos científicos estamos acá. Y decimos si a la vida, no al aborto. Les pido un favor. Si Dios quiere y la ley no sale lo que debemos hacer mañana es comprometernos a no dejar abandonada a las mujeres», expresó el periodista.
Un rato antes del testimonio de Recondo, un aplauso masivo colmó el lugar, en el momento en el que integrantes de las agrupaciones acercaron al escenario a Alma, la bebé de más de seis metros que representa a un bebé de 12 semanas de gestación y que ya participó en manifestaciones anteriores para reclamar por el derecho a la vida.
Del lado celeste de la plaza, Santiago, de 22 años, del barrio porteño de Caballito fue a la manifestación con un grupo de la parroquia a la que asiste y con la que participa desde hace varios años en las marchas del 25 de marzo, que se conmemora el Día del niño por nacer.
«En marzo nos empezamos a convocar porque como mi grupo estamos convencidos de que la vida comienza desde la concepción y los derechos de las personas empiezan ahí», sentenció Santiago.
En la misma línea, Néstor, de 21, y que llegó este miércoles desde la provincia de Chaco, contó: «Desde mi provincia vinieron 50 micros. Y vinimos todos con el mismo objetivo, pedir por el derecho a la vida».
Los organizadores de los grupos que están a favor de «las dos vidas» convocaron a «quedarse hasta la votación» y se les pidió a los manifestantes que concurran a las calles con pañuelo, «mate, guitarra y abrigo».