A 39 años de la finalización de la guerra con Gran Bretaña, el veterano residente en Santa Fe, aseguró que “la causa Malvinas está viva”
El veterano de guerra Adolfo ‘Fito’ Schweighofer, residente en Santa Fe, aseguró hoy que “la causa Malvinas está viva”, indicó que, como veteranos de la guerra de 1982, tuvieron que “pelear mucho” para poder hallar su “lugarcito en el mundo” y destacó el rol clave, de “antídoto”, que cumplieron los centros de ex combatientes frente al proceso de “desmalvinización” que siguió al conflicto bélico.
A 39 años de la finalización de la guerra con Gran Bretaña, Schweighofer, quien participó en el buque destructor ARA Piedrabuena del rescate de los sobrevivientes del ARA General Belgrano el 3 de mayo de 1982, recuerda “la algarabía” que sintió la tripulación un mes antes, cuando el capitán de su embarcación les comunicó que navegarían hacia el sur para participar en la recuperación de las islas Malvinas.
Clase 1961, Schweighofer hizo la conscripción un año después de lo que le hubiera correspondido, tras pedir prórroga, y entonces resultó sorteado para la Armada.
A los 19 años y con “dos meses de instrucción muy buena de marinería” en Puerto Belgrano, se embarcó en el Piedrabuena hacia el Atlántico Sur.
“Una semana antes del 2 de abril, zarpamos con el buque, sin saber, pero había algo raro en el ambiente”, revivió desde Santa Fe, en diálogo con Télam.
En plena navegación, alrededor del 30 de marzo, el capitán les comunicó por altavoces que iban a “recuperar las Malvinas”.
“No hizo falta que llegáramos (al territorio de las islas); los compatriotas que iban en otro buque lograron el éxito”, rememoró el flamante titular del Centro de Excombatientes de Malvinas en Santa Fe y miembro del Consejo Nacional Asesor de Políticas de Malvinas.
“Fue una alegría tremenda, de emoción, con la arenga patriótica”, revivió Schweighofer en diálogo con Télam.
Dos meses después de aquel anuncio por altoparlante, el 3 de mayo, le tocó vivir el rescate de unos 280 sobrevivientes del hundimiento del buque General Belgrano, atacado el día anterior por un submarino Conqueror de la Royal Navy británica.
Para “Fito”, el peor momento de su experiencia bélica fue cuando se enteraron del hundimiento del barco argentino, algo que ya intuían por la pérdida de comunicación.
“A mí lo que más me marcó fue la alarma (del buque Piedrabuena) a las 4 de la tarde del 2 de mayo, porque ahí no era broma. Ahí ves realmente los nervios, el temor, la angustia, las órdenes que hay que acatar, no sabíamos si el submarino estaba (cerca del barco en el que navegaba), ni si era más de uno”, reconstruyó.
El ex combatiente también contó que el regreso al continente, tras la guerra, “fue tremendo” porque “ese protagonismo y todas esas historias que teníamos a esa edad”, como el rescate de la tripulación del Belgrano, se desvanecieron.
“De golpe nos encontramos con que nos daban los DNI y nos decían ‘acá no ha pasado nada’. Nadie quería escuchar esas historias, ahí nacieron las fortalezas de nuestros movimientos de veteranos de guerra”, sostuvo Schweighofer, en referencia al proceso de ‘desmalvinización’ que siguió a la guerra, frente al cual -indicó- los centros de ex combatientes fueron una suerte de “antídoto”.
“No hay que olvidarse que vivíamos los momentos posteriores a la dictadura, que había sido tremenda en tantos aspectos, humanos, social, económico, político, y nosotros estábamos ahí en el medio. Buscábamos nuestro lugarcito en el mundo, y hubo que pelearlo mucho”, remarcó.
Tras regresar de la guerra, Schweighofer buscó rehacer su vida por medio del estudio pero la angustia económica de la época lo llevó al mundo del trabajo.
“Llegué a tener tres trabajos a la vez”, recordó y contó que, finalmente y tras vender “planes de salud”, obtuvo un empleo estatal en Santa Fe que le dio “estabilidad”.
Consultado por la actualidad del reclamo de soberanía, el ex combatiente aseguró que “la causa Malvinas está viva” y su memoria está “en la juventud, en los medios de comunicación”.
“Se están desprendiendo muchos temas que hacen a la soberanía: los recursos naturales, la pesca, los hidrocarburos. Malvinas también es eso: casi dos millones de kilómetros cuadrados de agua en manos inglesas”, advirtió.
Para Schweighofer, que participa como ex soldado del Consejo Nacional Asesor sobre el tema, la Argentina “va a recuperar Malvinas cuando sea realmente soberano en tantas cosas que nos faltan, cultural y económicamente”.