Se trata del último paso en un proceso que podría llevar al magnate en convertirse el primer ex mandatario estadounidense en enfrentar cargos criminales
La Fiscalía de Nueva York ordenó en las últimas horas la creación de un gran jurado para determinar si el expresidente de Estados Unidos Donald Trump y sus allegados van a juicio por posibles fraudes vinculados a sus negocios.
Se trata del último paso en un proceso que podría llevar al magnate en convertirse el primer exmandatario estadounidense en enfrentar cargos criminales.
La fiscal Letitia James, una funcionaria electa demócrata, investiga en el fuero penal posibles fraudes fiscales o bancarios en el seno de la Organización Trump.
La funcionaria judicial sospecha que Trump y su sociedad, que no cotiza en bolsa y, por ende, no está obligada a publicar sus libros contables, inflaron o redujeron artificialmente el valor de algunas de sus propiedades para obtener préstamos bancarios o reducir sus impuestos.
El republicano calificó la investigación como «puramente política» y consideró que se trata de «una continuación de la mayor caza de brujas en la historia de Estados Unidos».
«Ningún otro presidente en la historia ha tenido que aguantar lo que yo he tenido que aguantar», escribió en una plataforma que creó tras ser vetado de las principales redes sociales.
Según el Washington Post, que cita fuentes cercanas a la causa, los miembros del jurado fueron seleccionados recientemente y se reunirán tres días a la semana durante seis meses para revisar los archivos del caso.
El diario sugiere que la medida, también informada por el canal ABC, se produce porque el fiscal de distrito de Manhattan, Cyrus Vance, que también analiza el expediente, pudo haber encontrado evidencia de un delito, cometido por Trump o por alguien cercano a él.
En el derecho penal estadounidense, los casos importantes a menudo son remitidos por la fiscalía a un gran jurado, compuesto por personas de la sociedad civil, como los jurados en un juicio ordinario.
El gran jurado examina el expediente en secreto y también puede solicitar documentos adicionales o escuchar a uno o más testigos, precisó la agencia de noticas AFP.
Al finalizar el análisis del caso, determina, por mayoría, pero no necesariamente por unanimidad, si existen motivos para la acusación, preámbulo de un juicio.
La Fiscalía espera que el avance de la causa redoble la presión sobre testigos clave que conocen al detalle los negocios de Trump, y que podrían brindar datos clave.
El principal es quizás Allen Weisselberg, de 73 años, director financiero de la Organización Trump, fiel al expresidente y quien trabajaba ya para su padre.
Michael Cohen, exabogado personal de Trump encarcelado por evasión de impuestos y por violar las leyes de financiamiento de campañas, fue uno de sus colaboradores más cercanos antes de volverse contra su exjefe y decidir cooperar con los fiscales.