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Las elecciones regionales en Madrid patean el tablero político en España


Los socialistas pasaron de ser la fuerza más votada en los comicios de 2019 a quedarse con 24 bancas, las mismas que logró Más Madrid, una escisión de Podemos

Los resultados de las elecciones en la región española de Madrid hicieron saltar el tablero político del país: dejaron sin representación legislativa al centrista Ciudadanos (Cs), provocaron la salida política del líder de la formación de izquierda Unidas Podemos (UP), Pablo Iglesias, y relanzaron al conservador Partido Popular (PP) como principal fuerza aglutinadora de la derecha, que con aires renovados pretende ahora replicar su triunfo a escala nacional.

A una década del estallido del movimiento de los indignados españoles, popularmente conocido como 15-M, las dos principales formaciones catapultadas en ese período -Cs y UP- pasaron de poner en jaque al bipartidismo, ejercido entre el PP y los socialistas del PSOE, a sufrir un desgaste que pone en duda su futuro.

«Hace 10 años se veía como una posibilidad que Podemos fuese el nuevo partido hegemónico en la izquierda y el PSOE desapareciese, pero hoy nos encontramos con todo lo contrario: Podemos se desinfla y los socialistas están más fuertes», explicó a Télam el periodista y politólogo José Pedro Marfil, miembro del consejo directivo de Asociación de Comunicación Política (ACOP).

En el mismo sentido se refirió a Cs: «Hace tres años se decía que probablemente fuese el partido que capitanease la centroderecha en España y ahora estamos viendo que Cs se está desintegrando y el PP está consiguiendo volver a llamar a los votantes de ese espacio».

En una jugada inesperada, la presidenta regional de Madrid y figura ascendente del PP, Isabel Díaz Ayuso, disolvió en marzo su coalición de Gobierno con Cs y convocó a elecciones anticipadas con el fin de capitalizar en las urnas las simpatías ganadas por su rechazo a las restricciones recomendadas por el Gobierno del socialista Pedro Sánchez para mitigar la pandemia de coronavirus.

Una apuesta que ganó con creces: el PP obtuvo más del doble de escaños y quedó a cuatro de la mayoría absoluta, por lo que podrá gobernar en solitario, mientras que Cs acabó afuera de la Asamblea, tras no superar el 5% de los votos.

En tanto, los socialistas pasaron de ser la fuerza más votada en los comicios de 2019 a quedarse con 24 bancas, las mismas que logró Más Madrid, una escisión de Podemos fundada hace apenas dos años.

El ultraderechista Vox sumó un escaño y se quedó con 13, mientras que UP sumó tres y logró 10, pese a que Iglesias había dejado su cargo de vicepresidente del país para liderar la candidatura.

Golpeado por el resultado, decidió dar un paso al costado y dejar aflorar nuevos liderazgos en su partido.

Si bien los analistas insisten en que estos resultados no son extrapolables a nivel nacional, todos coinciden en que reflejaron nuevas tendencias en un contexto político muy dinámico.

«Se está produciendo un claro desgaste de determinadas formas de hacer política», señaló a Télam José Luis Ayllón, director de contexto político en la consultora Llorente y Cuenca.

«Algunos dieron demasiado rápido por muerto el sistema bipartidista, pero creo que tampoco podemos darlo por resucitado», agregó el también exdirector de gabinete del expresidente conservador Mariano Rajoy, al precisar que a nivel nacional aún hay cinco partidos muy representados en el Parlamento.

En cambio, para el consultor político Luis Arroyo, estos resultados demuestran que los nuevos partidos ya no son tan nuevos y entraron en la dinámica de la política tradicional, mientras que el PP y PSOE siguen siendo centrales.

«Ya no tienen el 70% del voto, pero si el 40 y casi 50% entre los dos. El bipartidismo probablemente esté muerto, pero los dos grandes partidos siguen vivos y bastante», dijo a Télam el asesor de comunicación política, que trabajó también para el Gobierno del exmandatario socialista José Luis Rodríguez Zapatero.

Algo que para Marfil podría atribuirse a la larga trayectoria de estas dos formaciones, que les permite aguantar mejor las embestidas, mientras que UP y Cs son partidos más «efervescentes» que en apenas cuatro años necesitaron tener presencia en todo el país.

«En estos 10 años España ha aprendido la lección de que gobernar no es tan sencillo», manifestó y añadió: «El 15-M fue el pistoletazo de salida para que la sociedad se dé cuenta que cualquiera puede montar un partido, pero que va a tener que encarar los problemas enfrentados por cualquier político».

Como ejemplo de ello citó el caso de Vox, que hasta ahora no ha integrado ningún Gobierno para evitar institucionalizarse.

De cara a las próximas elecciones generales, previstas para 2023 pero que los expertos subrayan que podrían adelantarse, el peso de Cs y UP dependerá de su capacidad de refundarse.

Si bien los analistas consultados por Télam coincidieron en que la situación de Cs es más frágil y su camino a la desintegración parece inevitable, Podemos cuenta con un electorado más fiel, pero su influencia dependerá de la aceptación de los nuevos liderazgos -probablemente femeninos- tras la salida del omnipresente Iglesias y el replanteamiento de su relación con sus franquicias locales.

Una sorpresa podría venir de la mano de Más País, la versión nacional de Más Madrid, que podría alzarse como una fuerza de la izquierda ecologista, un espacio aún no explotado en el país.

Aunque en los comicios generales de 2019 la formación solo logró dos diputados, la creciente visibilidad de su líder, Iñigo Errejón, y sus propuestas novedosas, como la jornada laboral de cuatro días, podrían catapultarlo.

«En España no existe un gran partido verde y quizás la formación de Errejón pueda tener éxito ya que los jóvenes están cada vez más preocupados por el cambio climático y es un tema que podría ser uno de los grandes debates de las próximas décadas», consideró Luis Tejero, director de Asuntos Públicos de la consultora Grayling.

Resta ver si la arrolladora victoria del PP en Madrid y su capacidad de reagrupar a la derecha, tanto liberal como conservadora, comienza a trasladarse a las encuestas nacionales, donde hasta ahora el PSOE se mantenía firme como la fuerza mayoritaria.