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Luz Cipriota, la argentina en la serie de Luis Miguel: «Es una historia valiente y magnética»


La actriz que participó en "Herencia de amor" y "Las chicas del cable" contó sus sensaciones por ser parte de la serie del momento

Luz Cipriota, la actriz argentina conocida por sus papeles en tiras nacionales e internacionales como «Herencia de amor» y «Las chicas del cable», es una de las artistas locales que participan en la segunda temporada de la exitosa serie de Netflix sobre Luis Miguel, en la que el cantante mexicano cuenta su versión de su vida personal y profesional de una manera «valiente y magnética».

«Haber elegido esa figura me parece más que estratégico, porque su historia tiene todo para ser espectacular, y me parece que se tienen que hacer cosas regionales, con las que la gente se pueda identificar», dijo Cipriota en diálogo con Télam sobre la producción por la que el gigante del streaming decidió apostar para esta nueva entrega que estrenó el 18 de abril y que mañana lanzará el quinto de sus ocho episodios.

En la serie, la actriz de 35 años, que en 2019 se instaló en España -donde participó de la obra de teatro «Parque Lezama», dirigida por Juan José Campanella-, encarna a la modelo argentina Lucía Miranda, quien durante su fructífera carrera como modelo de alta costura viajó a México a mediados de los 80, donde conoció a Hugo López (César Bordón), quien fuera el representante y una suerte de figura paterna de Luis Miguel (Diego Boneta).

Pero en esta oportunidad no es la imagen de Miranda que en estos pagos se conoce por sus apariciones mediáticas la que se desarrolla en esta tira sobre el «Sol de México», sino la que aborda su cercanía con el protagonista a través de su marido, que para finales de esa década comenzó a padecer del cáncer de colon que le produciría la muerte en 1993.

Así, la exmodelo, cuya influencia y peso en esta trama aún está descubriéndose capítulo a capítulo, se convirtió en una de las integrantes del complejo entorno de Luis Miguel, quien para el momento en que se centra esta temporada lucha por equilibrar su maratónico ascenso a la fama con el cuidado de sus hermanos tras la muerte de su padre y con la búsqueda de su madre, desaparecida en 1986.

—¿Cómo llegaste a incorporarte a esta temporada?

—A través de mi representante me enteré que se iba a hacer una segunda temporada y que se iba a sumar el personaje de Lucía Miranda, que tenía mi edad en el momento en que aparece en la serie, y no lo dudé ni un minuto. Hice el casting en modalidad «self-tape», me armé todo el look de ella, con el flequillo, ropa de ese momento, me grabé y lo mandé. Pasaron meses hasta que me enteré que había sido elegida, y fue una felicidad absoluta para mí.

—¿Hay algo de esta mirada sobre Lucía Miranda que te haya sorprendido?

—No sé si sorprendido pero sí me sentí muy identificada, Lucía es una persona que teniendo su carrera en Argentina dejó todo y se fue a México, y de alguna manera es algo que yo también vivo, porque también me vine a Madrid y empecé casi de cero. Sentí muchas similitudes con esto de tener que reinventarse, y creo que eso jugó a mi favor. El rol que ella cumple con Hugo López también lo sentí muy cercano, lo que hice fue reemplazarlo con una persona que yo amo, y pensar en cómo reaccionaría ante una situación así. No me gusta ser yo en los personajes, pero hay cosas que hacen que sea más verdadero, y creo que fluyó.

—¿Cómo te integraste a un elenco que ya estaba tan unido después de la primera temporada?

—Llegué queriendo pedir permiso, porque el equipo había tenido mucho éxito, muchos tuvieron un boom de fama pero quien me hizo el entre fue César Bordón, porque habíamos trabajado meses antes en una película que filmamos en la Patagonia y que todavía no se estrenó. Así que cuando surgió la posibilidad de estar en la serie él fue el primero que le habló de mí a todo el elenco y a la producción, y cuando llegué me recibieron muy bien. Para mí fue un placer, me hizo sentir en casa y el equipo enseguida me adoptó, me sentí como una más desde el primer momento.

—¿Por qué pensás que esta historia sobre Luis Miguel despierta tanto interés en el público?

—Creo que es muy atractiva porque realmente es oscura y uno ve a un cantante que suele imaginarse como alguien que brilla todo el tiempo, que su vida transcurre sobre yates en Miami o en Acapulco, pero haber visto esta otra cara es muy fuerte. La forma en que él se anima a contar lo que fue y sigue siendo su realidad me parece muy valiente, y creo que eso lo hace magnético.

—¿Qué opinás sobre esta apuesta que hace Netflix sobre un personaje tan propio de Latinoamérica?

—En un principio todas las producciones eran de afuera, sobre todo estadounidenses o en inglés, pero después empezó a producir en España y eso mostró que una serie en español puede estar al mismo nivel o mejor todavía que una serie en inglés, y que pueda llegar a todo el mundo es muy potente. Haber elegido la figura de Luis Miguel me parece más que estratégico, porque su historia tiene todo para ser espectacular, y encima tenemos el talento y los recursos, así que aplaudo esa decisión. Me parece que se tienen que hacer cosas locales, regionales, con las que la gente se pueda identificar.

—¿Con qué desafíos te encontraste al trabajar durante la pandemia?

—Fue muy fuerte, a mí me agarró estando en España y dos días después tenía que viajar a México para grabar y se estaban cerrando las fronteras, así que compré un vuelo y sin pensarlo me fui para allá, sin saber cuándo iba a volver o cuándo iba a grabar. La producción tuvo toda la disponibilidad para cuidarme y acompañarme en la decisión que yo quisiera tomar, y por suerte después de varios meses pudimos retomar y también fue difícil, no poder vernos las caras en los ensayos y recién descubrirnos al momento de la acción. Es todo un riesgo, y que la producción lo haya asumido me parece importante porque es fuente de trabajo para un montón de personas que a partir de la pandemia la están pasando muy mal. Es un rubro que está muy golpeado, realmente fue muy bueno poder volver a estar en un set, y celebro a aquellas producciones que quieren seguir adelante.