Figura del cine y la televisión, fue el primer jefe de los "Superagentes" y luego se abrió camino al mercado latinoamericano protagonizando telenovelas
El actor argentino Guillermo Murray, radicado en México desde la década de 1960, donde arrasó con sus papeles de galán luego de ser gran figura durante la época de oro del cine nacional, falleció este jueves a los 93 años, víctima de un choque séptico, se anunció en un programa de la TV azteca especializado en la farándula.
Guillermo Murray Muttis había nacido en Colón, provincia de Buenos Aires, el 15 de junio de 1927 y antes de ser estrella en la pantalla grande y la televisión, participó en numerosas “fotonovelas”, un género popular con historias contadas a la manera de las historietas, pero con fotografías, escenografías y actores reales.
Durante tres años estudió Letras en la Universidad del Litoral, en la ciudad de Santa Fe, se inició como actor en la compañía Teatro de Arte, que en 1949 dirigía Esteban Pavón, y en 1952 continuó con sus estudios escénicos de la mano del maestro italiano Alberto D’Aversa, de gran actividad en su país, la Argentina y Brasil.
Debutó en el cine en “Somos todos inquilinos” (1954), dirigida a cuatro manos por Enrique Carreras y Juan Carlos Thorry, y en la pantalla local llegó a actuar en “Horas marcadas”, del mismo año, dirigida por Alberto Dubois; “El protegido” (1956), de Leopoldo Torre Nilsson; e “India” (1960), de Armando Bo, entre otras.
Productores mexicanos descubrieron su prestancia y su capacidad de actuación en un Festival de Cannes y de inmediato le propusieron un contrato para filmar en su país; su debut fue en “El mundo de los vampiros” (1961), de Alfonso Corona Blake, fue lo que determinó su radicación definitiva en México.
Allí se destacó en la televisión con telenovelas como “La mujer dorada”, “María Guadalupe”, “La leona”, “Sor Juana Inés de la Cruz”, “Las momias de Guanajuato”, “Janina”, “Encadenada” y, en sus últimos años, “El amor no es como lo pintan”, “Olvidarte jamás” y “La hija del mariachi”, emitida entre 2006 y 2007, su último trabajo.
Padre del ahora famoso actor y director mexicano Rodrigo Murray, otros dos varones y una mujer, aún a los 90 años practicaba deportes, en particular la natación, aunque ya padecía demencia senil y necesitaba asistencia para sus actividades recreativas.
Esa dolencia lo obligó a retirarse de sus asuntos artísticos, no concedía entrevistas periodísticas y evitaba todo contacto con el público que lo había idolatrado.