Queiroga irritó a los senadores que lo interrogaron por haberse negado a precisar si compartía o no con Bolsonaro la teoría de que un remedio contra la malaria, como la cloroquina, sirve para un supuesto tratamiento contra el coronavirus
El ministro de Salud de Brasil, Marcelo Queiroga, evitó hoy definirse sobre el uso o no de cloroquina, como defiende el presdiente Jair Bolsonaro, como parte de un supuesto tratamiento médico precoz para víctimas de Covid-19, durante su exposición de siete horas ante la comisión parlamentaria de investigación del gobierno ante la pandemia instalada en el Senado.
Queiroga irritó a los senadores que lo interrogaron por haberse negado a precisar si compartía o no con Bolsonaro la teoría de que un remedio contra la malaria, como la cloroquina, sirve para un supuesto tratamiento contra el coronavirus.
Asumido hace 45 días, el cardiólogo dijo que su objetivo son las vacunas y que, al contrario de dos de sus antecesores que ya declararon -los médicos Luiz Mandetta y Nelson Teich- desconocía la existencia de un ministerio sanitario paralelo integrado por los hijos del mandatario y reconocidos negacionistas del distanciamiento físico y el uso de barbijo.
«Esto es una cuestión técnica», respondió al senador Renán Calheiros, relator o miembro informante de la comisión, sobre si compartía o no con el presidente la militancia para tomar el antipalúdico como remedio milagroso sin tener en cuenta efectos colaterales.
«No hago juicio de valor sobre la opinión del presidente; esta medicación, como otras, fue usada en el tratamiento a la Covid; diversas instituciones hicieron su uso compasivo y ya existen estudios que dice que no tiene efecto en pacientes graves o intermedios», afirmó.
Los senadores, entre ellos Omar Aziz, presidente de la comisión, insistieron en que no había respondido y que debía posicionarse sobre si el presidente hacía bien o mal en defender la cloroquina pese a que ni la OMS ni el mundo científico la recomiendan por no tener efectividad.
«Pero ministro, hasta mi hija pequeña responde por sí o o por no, es pregunta», le dijo Asis.
El senador Humberto Costa, del Partido de los Trabjadores (PT), pidió por su parte detallar si había alguna política a favor de producir cloroquina y recomendarla como política de Estado.
«Yo no autoricé la distribución de cloroquina en mi gestión, no tengo conocimiento de que se esté distribuyendo cloroquina en nuestra gesitón», respondió.
Queiroga logró enfrentar a los opositores diciendo que no iba a responsabilizarse por su antecesores y que su norte es la vacunación, aunque admitió que las previsiones para 2021 de adquisición aún no se están cumpliendo.
La comisión escucha inicialmente a los ministros que pasaron por el bolsonarismo y el 19 de este mes le tocará al más polémico, el general Eduardo Pazuello.
En 100 días emitirá un informe final en el cual se apuntarán eventuales omisiones del gobierno y el presidente, cuya base de aliados en el Congreso puede sufrir una sangría a raíz de las revelaciones de los testigos.
La comisión puede hacer un informe y elevarlo a la fiscalía pero no tiene mandato para condenar.
Uno de los objetivos es investigar a la gestión de Pazuello -que estuvo en Salud desde mayo de 2020 hasta marzo pasado- y su colaboración para una supuesta teoría de Bolsonaro de que con la inmunidad de rebaño sin vacuna ni distanciamiento social se iba a superar la pandemia.
El otro punto clave es la muerte por falta de oxígeno en los hospitales de Manaos en enero, lo cual creó una crisis que aún dura en todo el país con colapso sanitario y récord de contagios y muertes entre febrero, marzo y abril.
Pazuello se negó a declarar esta semana diciendo que había tenido contacto con gente con Covid-19; sin embargo hoy recibió la visita del secretario general de la Presidencia, Onyx Lorenzoni, supuestamente para articular su defensa ante la comisión.
Nuevas revelaciones complican a Pazuello porque su números tres, la secretaria de Gestión Mayra Pinheiro, confesó ante la fiscalía federal de Manaos que fue responsable por instruir a médicos a difundir el uso de medicamentos sin eficacia comprobada días antes del colapso del oxígeno.
Este tratamiento, supuestamente, evitaba tomar medidas preventivas como distanciamiento social.
El vicegobernador de Amazonas, Carlos Almeida, será llamado a declarar luego de que acusara al gobernador Wilson Lima, alineado de Bolsonaro, de provocar el colapso «en un intento de alcanzar la inmunidad de rebaño».
Por otra parte, el martes será convocado el titular de la agencia regladora Anvisa, que rechazó a la vacuna Sputnik V y el excanciller Ernesto Araújo, sindicado como el responsable del atraso por cuestiones ideológicas del envío de insumos de China para producir las vacunas en los laboratorios públicos de Brasil Fiocruz e Instituto Butantan.