Por Enrique Genovar
Central dio pena en su debut en la Copa Sudamericana. El equipo del Kily González jugó de muy mala manera y perdió ante un pobrísimo rival. El Canalla no tuvo ninguna idea de como lastimar a 12 de Octubre, que gracias a su efectividad se quedó con la victoria.
Los del Kily jugaron realmente mal y nunca encontraron el partido ante, en los papeles, el rival más accesible del grupo.
Desde el vamos se notó la estrategia de ambos entrenadores. Y la forma en la cual planteó el partido el paraguayo Pedro Sarabia lo obligó a Central a tener el protagonismo del juego. Pero el Canalla no supo qué hacer con la pelota. El Kily volvió a ubicar a Emiliano Vecchio como volante central y esto hizo que el equipo carezca de juego y no genere peligro. El rival fue práctico, se paró atrás y le dejó la posesión de pelota a la visita. A Central no se le cayó una idea en todo el primer tiempo y los primeros cuarenta y cinco fueron un dolor de ojos.
Tras el descanso el Kily corrigió la posición de Vecchio. El 10 jugó dónde siempre debe hacerlo y fue importante. Claro que sólo no pudo hacer nada. Es que nunca tuvo socios y aquellos encargados de generar fútbol por las bandas tuvieron una noche para el olvido.
Esta vez los cambios no funcionaron. Es que los que ingresaron no pudieron nunca entrar en juego. Después del gol 12 de Octubre se sintió mucho más cómodo y se paró más atrás todavía. Pero fue Central el que falló en sus intentos y solamente quedó supeditado a alguna jugada de riesgo de Vecchio y a Nicolás Ferreyra que se puso bien arriba a la espera de poder conectar de cabeza alguna pelota.
El final de partido volvió a generar muchísimas dudas sobre este equipo. Es que se vio una involución con respecto a lo que había mostrado en los últimos juegos por el torneo local. Una involución que es peligrosa por el momento es que se da. Un paso totalmente en falso fue el que dio el equipo del Kily en Paraguay, un paso que no podrá repetir porque de volver a hacerlo se quedará sin nada en los dos torneos.