La pareja asumió el compromiso de informar a su hija o hijo el origen de su gestación cuando adquiera la edad y la madurez suficiente para entender los hechos
La justicia de Río Negro autorizó en Viedma a que una mujer subrogue el vientre para gestar un embarazo asistido por segunda vez, «ya pasó por una experiencia similar hace unos tres años con una pareja del mismo sexo», informó este lunes una fuente judicial que agregó que ahora «es a una pareja heterosexual».
Se trata de una pareja que lleva compartiendo un proyecto familiar desde hace 19 años, y hace unos 7 que comenzaron a buscar descendencia de modo natural, pero fracasaron y con ayuda profesional fueron autorizados a la fertilización in vitro convencional.
Concurrieron al Centro de Medicina reproductiva Bariloche SRL «Fertility Patagonia» donde fueron asesorados del procedimiento de Fertilización Asistida de Alta complejidad con Ovodonación y Subrogación de vientre, que requiere «una autorización judicial para la transferencia de los embriones logrados por dicha técnica», puntualiza la información.
La jueza de familia María Laura Dumpé autorizó la subrogación al considerar «la relación de amistad con la pareja, los informes de los equipos técnicos y la falta de una norma específica, doctrina y proyectos legislativos que contemplan esta posibilidad».
En su momento, la familia solicitó autorización judicial para la implantación de sus embriones en el vientre de quien se ofreció como portadora y gestante «de hasta dos embriones por cada oportunidad que serán logrados a través de técnicas de reproducción asistida -in vitro- y a partir de óvulos de una donante anónima y del esperma aportado por el varón de la pareja», se aclaró.
En el proceso intervino el Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial para conocer la salud física y psíquica de quien subrogará su vientre, y el equipo técnico de la Unidad Procesal, que confirmó la situación y del vínculo de amistad con la pareja.
La amiga «ofreció llevar adelante la gestación, ya luego de tener tres hijos, ya que fue gestante hace tres años para otra pareja amiga», precisó la información.
Los hijos de la gestante conocen completamente la cuestión y acuerdan acompañar a su madre.
Asimismo la pareja asumió el compromiso de informar a su hija o hijo el origen de su gestación cuando adquiera la edad y la madurez suficiente para entender los hechos.
La justicia reportó, también, que «la gestante cuenta con recursos económicos y medios propios que le permiten sostener las necesidades básicas del grupo familiar conviviente y los servicios esenciales del hogar», y que tanto «ella y sus hijos están en pleno conocimiento de las circunstancias y derivaciones de este tipo de prácticas».
El fallo también destacó que «la gestación por sustitución constituye para esta pareja la única oportunidad real de ejercer su derecho fundamental a formar una familia y de ejercer una maternidad y una paternidad responsables y en igualdad de condiciones».
La magistrada de la Unidad Procesal 7 destacó que «con el advenimiento de las técnicas de reproducción humana asistida, gestante y madre, dejaron de ser términos sinónimos».
«Una madre es una gestante pero una gestante puede no ser una madre», puntualizó.
Agrega que «el objetivo de la gestante es totalmente altruista, oficiando de vehículo para que el deseo de los futuros padres pueda hacerse realidad».
Y remarca que «no hay de por medio una finalidad económica».
Es así que autorizó el procedimiento y ordenó la inscripción del niño o niña dado a luz por la gestante como «hija o hijo de la pareja, debiendo el Registro Civil y de Capacidad de las Personas expedir el certificado de nacimiento correspondiente».