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A 78 años del levantamiento del Gueto de Varsovia: una inmortal gesta contra la barbarie nazi y por la dignidad humana


Mantener vivo el recuerdo de quienes fueron asesinados y vivieron los horrores del Holocausto es el eje fundamental para que la historia no se repita

Mantener vivo el recuerdo de quienes fueron asesinados y vivieron los horrores del Holocausto es el eje fundamental para que la historia no se repita. Seis millones de judíos murieron en campos de concentración y exterminio Nazi. Algunos en cámaras de gas, otros víctimas de la desnutrición, el trabajo forzado y las pestes que los enfermaron hasta llevarlos a una muerte agónica. Otros, lograron resistir y sobrevivieron al horror. En honor a ellos, este miércoles la comunidad judía conmemora el Día del Holocausto y del Heroísmo al cumplirse el 78° aniversario del Levantamiento del Gueto de Varsovia, el histórico acto de resistencia judía contra el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial. Una inmortal gesta contra la barbarie nazi y por la dignidad humana.

El 19 de abril de 1943, 27 de Nisan del calendario hebreo, se recuerda el acto más emblemático de heroísmo contra la opresión nazi. El mismo fue llevado a cabo por los Movimientos Juveniles Sionistas unidos en la Organización Judía Combatiente a cuyo mando estaba Mordejai Anielewicz, de tan solo 23 años de edad.

Algunos jóvenes de la resistencia judía en el gueto: Zivia Lubetkin, Gitta Kwonki y Mordejai Anielewicz. La dignidad.

Fue el último acto de resistencia tras la decisión, por parte de los jerarcas civiles, militares y policiales del régimen nazi, de dar inicio al plan aprobado en enero de 1942 en la Conferencia de Wannsee conocido como “Solución Final”. Consistía en «reasentamientos de las poblaciones judías», que no significaba otra cosa que la deportación organizada para el asesinato sistemático en masa en las cámaras de gas de los campos de concentración y exterminio.

El Gueto de Varsovia se declaró formalmente establecido el 11 de noviembre de 1940 y fue el más grande entre los cuatrocientos que el nazismo creó con el fin de aislar a la población judía y facilitar la tarea de despojarla de sus bienes y utilizarla para el trabajo forzado, tal como lo documenta la Enciclopedia de la Shoá.

 

Sin contacto alguno con el exterior, cercado por un muro de 3 metros de alto y 18 kilómetros de longitud, confinó en hacinamiento a 450.000 personas. Cuatrocientas en cada edificio, siete por habitación.

Un artículo del Dr. Witold Majewski publicado en la Gazeta Polska en 1941 ayuda a aproximarse a la magnitud de la tragedia: «Tres veces estuve en el Gueto. Obtuve permiso por ser un médico. La entrada está bajo control de la policía alemana y polaca. En el interior, la policía judía tiene el control. Los tranvías de Varsovia paran a unos 60 a 70 metros… Tifus y otras epidemias se han desencadenado en el Gueto. Niños con menos de 3 años y adultos con más de 45 no deben obtener ayuda médica. Los judíos reciben raciones de víveres que representan la mitad de los polacos. Los polacos reciben 100 gramos de pan cada día, los judíos 100 gramos cada dos días por su tarjeta de racionamiento… Todo es muy arbitrario, los niños del Gueto la pasan peor todavía. A veces se empuja una botella de leche a través de las cloacas, cerca de los muros. En la forma más diversa se trata de contrabandear alimentos al Gueto. Cara a cara con la muerte por hambre, los judíos arriesgan su vida para obtener un bocado de pan».

La resistencia armada comenzó el 18 de enero de 1943 cuando Himler dio la orden de una segunda y definitiva ola de deportación. Quería vaciar el Gueto para el día 20 como regalo de cumpleaños de Hitler. No lo logró. No se lo permitieron.

En el Gueto sólo quedaban 60.000 judíos, la mitad de ellos ilegales, que vivían escondidos en sótanos y depósitos. 300.000 ya habían sido sacados obligatoriamente, deportados y gaseados en su mayoría en Treblinka entre julio y septiembre del año anterior.

El pianista Wladyslaw Szpilman se escondió en un departamento en el gueto. Luego, escribió su historia que Román Polanski llevó al cine

Las únicas dos unidades de la resistencia judía que disponían de armamento atacaron a los alemanes. Muchos combatientes cayeron. Tras cuatro días de lucha los nazis huyeron. Marek Edelman, unos de los comandantes junto a Anielewicz, y que sobrevivió a la guerra, dijo ese día: «No es importante aquí cuantos alemanes cayeron por las balas de la Organización de Combate Judía. Importante es este momento de sacudida psicológica. Importante es que los alemanes, en verdad, al encontrar resistencia débil tuvieron que interrumpir la acción».

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Finalmente, el 19 de abril de 1943 los alemanes regresaron con la misión de destruir y terminar el Gueto. Al ingresar no encontraron a ningún judío en las calles. Estaban preparados para la resistencia en sus refugios y escondites. En el primer día de lucha los nazis debieron retirarse nuevamente del Gueto. Pero la decisión estaba tomada: «Aniquilar el Gueto».

Los judíos decidieron continuar con sus vidas, a pesar del horror. No cesaron sus ritos religiosos. Nadie interrumpió la lectura de la Torá. Sólo tenían luz y gas desde las diez de la noche hasta las nueve de la mañana, pero lograron que los niños tomaran clases en escuelas hebreas

Un cable de United Press International, fechado el 6 de mayo de 1943, dice textual:  «Desde hace 17 días, una batalla se libra en el Gueto de Varsovia, donde los judíos han transformado sus casas en fortalezas y donde han puesto barricadas para hacer de los almacenes puestos de defensa, relatan fuentes polacas hoy. Los judíos que luchan contra la aniquilación por parte de los nazis, usan camas como bunkers y luchan con armas que fueron mandadas por contrabando al Gueto. Una estación subterránea polaca pidió, hace algunas semanas ayuda. En un mensaje terminado abruptamente se dijo que los restantes judíos de Varsovia fueron condenados a muerte por las autoridades alemanas de ocupación y que mujeres y niños se defendían ‘con manos desnudas’. Fuentes polacas dijeron aquí que cuando grupos alemanes de ejecución entraron al Gueto encontraron ‘furiosa resistencia’ y que las luchas progresan desde el 19 de abril».

Los nazis buscaron casa por casa, incendiando depósitos y sótanos. La lucha se extendió hasta el 16 de mayo cuando Jürgen Stoop, jefe de las SS, informó que «el barrio judío de Varsovia ya no existe y que 56.065 judíos habían sido aniquilados.

El gueto de Varsovia en llamas

El homenaje a la gesta de los combatientes del Gueto de Varsovia aglutina todos los actos de resistencia que se dieron durante la Shoá. Así lo entendió el Parlamento israelí cuando en 1951, 54 años antes que las Naciones Unidas lo asumiera, determinó esta fecha para recordar y honrar.

Iom HaShoá VeHagvura, es el nombre que fue dado a esta efeméride.

En este día se evoca también los innumerables actos de resistencia al opresor, no sólo la armada, sino también la espiritual, la asistencia al necesitado, tanto en las ciudades como en los bosques. Fue una realidad que, a pesar del peligro, la vida judía cultural y educativa continuó vital y creativamente.

Las investigaciones muestran que hubo resistencia en todas partes. Sin embargo, la crónica completa de martirio y del heroísmo nunca será escrita, porque la mayoría de los que participaron no sobrevivieron, como tampoco sus testigos.

El Levantamiento del Gueto de Varsovia es una enorme lección al mundo en todos los tiempos. En este día los judíos junto a los hombres y mujeres de bien se unen para recordar y rendir tributo, para seguir aprendiendo de la historia y reafirmar el compromiso con la vida y la libertad.

Jaika Grosman, una de las figuras centrales en la lucha por la supervivencia del pueblo judío durante el Holocausto, escribió: «Es posible decir que los combatientes de los guetos perdieron la batalla pero ganaron la guerra. Además de los seis millones de judíos, los nazis intentaron asesinar en las cámaras de gas los valores morales básicos del hombre. La rebelión de los guetos fue quizás la máxima expresión de la preservación de esos valores en medio de la guerra».