Tras el trabajo montado en el barrio Roque Sáenz Peña, CLG dialogó con Néstor Villagra, jefe del Cuartel Sur de Bomberos Zapadores que destacó el operativo para salvar al animal
La zona sur de Rosario vivió momentos de preocupación este miércoles por la presencia de una gata atrapada a 40 metros de altura en una vieja antena. Los vecinos de Buenos Aires y Cabildo llamaron a los Bomberos Zapadores, que luego de analizar la situación, decidieron rescatar al animal a través de una escalera mecánica. Fue así que un joven bombero llegó al felino para la alegría de toda la gente. Luego del final feliz, el jefe del Cuartel de Bomberos destacó: «Hoy vieron al héroe y así seguimos sembrando en los niños las ganas de ser bombero».
Sin embargo, surgió otro inconveniente antes de comenzar el trabajo: la unidad rosarina que tiene una altura de 55 metros estaba en reparación. La central más cercana que podía ayudar era la de Villa Gobernador Gálvez, pero el vehículo que la transportaba también está en el mecánico y por eso acudieron a los Bomberos Voluntarios de Arroyo Seco, que rápidamente se pusieron a predisposición y entregaron la escalera.
Luego de varias horas y con un gran operativo montado por los Bomberos Zapadores del sur de Rosario, se pudo dar con el animal sano y salvo y los vecinos del barrio Roque Sáenz Peña agradecieron el gesto.
En diálogo con CLG, el jefe del Cuartel Sur de Bomberos Zapadores de Rosario (Francia 2250, en el ex predio de Fabrica Militar), Néstor Villagra, dio detalles del procedimiento en las alturas y confió que la gran cantidad de gente y el «alboroto» que se originó por la noticia fueron perjudicial para el animal. Además, retrató que el animal se asustó porque «un perro grande o una persona lo corrieron y no hizo más que protegerse».
«Cuando tiene hambre o sed, o a los dos días, baja», deslizó Villagra y se mostró comprensivo con la «intranquilidad de la gente, los amantes de los animales y la sensibilidad de la población» en tiempos de pandemia.
En cuanto al procedimiento, que se agilizó con la llegada de la escalera desde Arroyo Seco, remarcó que «se subió un solo bombero, preparado para la ocasión, con su equipo de arnés y después con una soga de rescate que se utiliza para enlazar animales agresivos».
«El bombero intentó atraparlo, pero cuando fue tocando al gatito, el animal fue bajando y se notaba que era dócil, por lo que se arrimó el efectivo y con los guantes de seguridad lo agarró por el lomo sobre la nuca para evitar que el gato pueda atacarlo. Es una técnica que usamos para este tipo de felinos porque las uñas son muy filosas», definió el oficial bombero.
En las imágenes, agregó Villagra, se pudo ver que el animal quedó domado y allí el bombero lo metió en una bolsa especial para este tipo de casos. «Al estar allí adentro se tranquiliza porque no tiene noción del entorno, de la altura», contó.
También expresó que, ya en tierra firme, se deben hacer trabajos con el animal para «tranquilizarlo» ya que si es liberado luego de la situación traumática que transitó puede volver a ocasionar problemas. Quien se encarga de esa labor «mayormente es el dueño, o quien lo adopte, o en este caso alguna protectora o el Imusa. No podés bajarlo y darle comida y agua como se había dicho por el estrés», dijo el jefe del Cuartel Sur.
Villagra, que forma parte de los Zapadores de Rosario hace 30 años, afirmó: «He vivido este episodio muchas veces y el bombero que rescató a este gato es joven, ya tuvo varios de estos trabajos y se desempeñó con mucha profesionalidad y serenidad».
Luciano Montoya es el bombero que rescató al gato y pertenece al Cuartel Central de Bomberos ubicado en Córdoba 2833.
Al procedimiento acudieron dos dotaciones de bomberos, una escalera mecánica, un móvil de la policía comunitaria y otro de Fauna. Todos con el afán de rescatar al animal de zona sur.
«¿Demoró? Sí», se preguntó el Jefe y rápidamente añadió: «Pero el gato no se iba morir ni de hambre ni de sed y no le iba a pasar nada, porque se evaluó todo eso y si podía pasarle algo a un ser humano que intentara subir, por la precariedad, la cantidad de años de la antena endeble y en desuso», aclaró Néstor Villagra ante CLG.
La antena, según pudieron averiguar desde el Cuartel, hace años está en el terreno y el actual inquilino «que hace varios años está» cuando firmó el contrato lo hizo con la estructura ya puesta.
«Hoy Rosario se entretuvo un rato con el gatito este, pero no deja de ser un hecho anecdótico, simpático y con un final feliz» y con 30 años de experiencia aseguró: «Si lo dejábamos solo, bajaba cuando se tranquiliza».
Pero de este episodio, Néstor sacó algo más que un rescate animal: «Hoy vieron al héroe y así seguimos sembrando en los niños las ganas de ser bombero. Algún día, cuando esté retirado, yo voy a ver a algún chiquito que vio esto en el Cuartel».