El Programa de Gestión de Turismo Accesible en las Áreas Nacionales llevó adelante una inversión de 7.200.000 pesos y los insumos serán distribuidos en distintos puntos del país
La adquisición por parte de la Administración de Parques Nacionales (APN) de 24 sillas de ruedas adaptadas para senderismo en zonas agrestes, con una inversión de 7.200.000 pesos, y que serán distribuidas en 12 áreas protegidas en distintos puntos del país, forma parte de la incorporación de la accesibilidad como un eje transversal en la gestión del organismo.
Los insumos se distribuirán en los parques nacionales Tierra del Fuego; Los Glaciares (Santa Cruz); Los Alerces y Lago Puelo (Chubut); Nahuel Huapi (Rio Negro y Neuquén); Lanín (Neuquén); El Palmar y Pre Delta (Entre Ríos); Talampaya (La Rioja); Ciervo de los Pantanos (Buenos Aires); Iguazú (Misiones); y Sierra de las Quijadas (San Luis).
Esta política de accesibilidad fue incorporada a partir de la aprobación por parte del Directorio de la APN, en 2020, del Programa de Gestión de Turismo Accesible en las Áreas Nacionales.
En el marco de este programa, se adquirieron 24 sillas de ruedas adaptadas para senderismo en zonas agrestes para que sean utilizadas en aquellos recorridos donde las características naturales y la topografía imposibilitan que se pueda transitar con una silla de ruedas de uso urbano.
El creador y diseñador de la «ChampaBike», Alejandro Piccione, destacó en declaraciones a Télam la importancia de la decisión de la APN, que «permitirá incorporar a las experiencias turísticas a todo el mundo, a muchos que no tenían esa posibilidad, con inclusión, porque el turismo es para todos y todas».
Con una experiencia de más de 15 años en el desarrollo de implementos, el asesoramiento en procesos de accesibilidad y diseño universal a prestadores turísticos como a gestores y ámbitos públicos, Piccione precisó que en febrero de este año presentó la silla adaptada en la intendencia del Parque Nacional Lanín.
Piccione llevó adelante una capacitación al personal del parque como también relevamientos y pruebas en varios senderos.
«La silla es un elemento de mucho confort y seguridad para que personas con algún tipo de discapacidad y o movilidad reducida puedan disfrutar del senderismo y la naturaleza», subrayó.
Se trata de un monociclo con una silla con tapizados aptos para la intemperie, barra antivuelco que protege la cabeza del pasajero, apoya brazos rebatibles y apoya pies regulables en altura.
También cuenta con un doble manillar delantero fijo y trasero regulable en el ángulo con columna de acero inoxidable, todo montado en una rueda tipo freestyle de llanta reforzada, suspensión hidráulica, freno a disco y cubiertas de 20 pulgadas.
«La ChampaBike ya transita los Parques Nacionales de Argentina y anhelamos que muchos municipios, provincias y privados incorporen la silla para poder brindar mayor oferta y de esta manera sumar calidad y mejora continua en sus destinos y servicios», señaló el emprendedor.
Piccione es el único fabricante de las sillas en el país y el segundo en el mundo, y según confirmo a Télam, en el próximo mes de abril estará enviando la primera ChampaBike a Italia y espera expandirla por «más parques, más destinos, América y el mundo».
Nicolás Stupenengo, tetrapléjico por una lesión medular a nivel Cervical 5-6 por la cual se maneja en silla de ruedas, participó en 2019 del primer encuentro de turismo alternativo adaptado que se realizó en Santa Rosa de Calamuchita y «ahí tuve mi primera experiencia arriba de la silla de trekking adaptado Champa¨.
«Esa experiencia cambio mi vida, hacia 12 años que por ser usuario de silla de ruedas no había tenido la posibilidad de andar o visitar un espacio que no sea urbano o modificado por el ser humano», aseguró a través de una comunicación escrita.
«En la Champa -continuó- me sentaron y me llevaron a pasear por la ladera de las sierras y andar por territorio virgen, y por primera vez en doce años estaba metido en la naturaleza; mi emoción salía de mi cuerpo, fue un momento único».
Un semestre después volvió a Calamuchita desde la ciudad de Buenos Aires y realizó el primer ascenso al Cerro Champaquí con un grupo de personas, en la cual se incluyó a una persona con discapacidad arriba de la ChampaBike¨.
«La expedición duró tres días y fue un éxito total porque 20 personas subieron al Champaquí y entre ellas había un usuario de silla de ruedas, no hubo diferencias, todos somos personas y somos distintos, únicos e irrepetibles, pero todos tenemos derecho a disfrutar», precisó.
«Mi miedo -confesó- era estar incomodo e inseguro, por el tipo de lesión que tengo mi postura en una silla es muy limitada, y por suerte el diseño de la champa permite que uno esté cómodo y pueda variar cosas en su configuración, lo que le da posibilidad a muchas personas, y la recomiendo a todos».