Los problemas de este tipo constituyen una epidemia global que amenaza la salud y la calidad de vida de hasta el 45% de la población mundial.
El Día Mundial del Sueño es un evento anual para aumentar la concientización sobre los trastornos del sueño y sus implicancias sobre la salud.
La mayoría de los trastornos del sueño son tratables, pero menos de un tercio de los enfermos buscan ayuda profesional.
Los problemas de este tipo constituyen una epidemia global que amenaza la salud y la calidad de vida de hasta el 45% de la población mundial.
Tres son los elementos para un sueño de buena calidad:
– Duración: La duración del sueño debe ser suficiente para que el durmiente se sienta descansado y alerta al día siguiente.
– Continuidad: Los períodos de sueño deben ser continuos y sin fragmentación.
– Profundidad: El sueño debe ser lo suficientemente profundo como para ser restaurador.
El buen descanso es uno de los tres pilares para gozar de buena salud, junto con una dieta equilibrada y la práctica regular de ejercicio físico. El dormir ocupa la tercera parte de nuestra vida, por lo tanto, todo lo que lo perturbe y/o disminuya su calidad, estará afectando la salud. Mientras dormimos el cerebro permanece “muy activo” para reparar y reponer nuestro organismo, serenar nuestra mente, estabilizar el humor y afianzar la memoria y el aprendizaje entre otras cosas.
Dormir poco o mal se ha convertido en una epidemia mundial y es factor de riesgo de múltiples problemas de salud, que van más allá de la simple fatiga.
Alcance de la epidemia
- El insomnio afecta al 35% – 40% de la población, afectando tanto su salud física como mental. Las personas con insomnio sufren de más síntomas de ansiedad y depresión que las personas sin insomnio.
- La apnea obstructiva del sueño (SAOS) afecta aproximadamente al 4% de la población adulta. Si no se trata adecuadamente, la SAOS puede tener un impacto significativo en la salud y el bienestar de una persona. Las personas con SAOS no tratado tienen mayor riesgo de padecer un ictus. La insuficiencia cardíaca es también 12-16% más prevalente en los pacientes con SAOS. También experimentan tasas más altas de presión arterial alta, diabetes, obesidad y otras enfermedades crónicas
- El Síndrome de piernas inquietas es un trastorno común y ocurre entre 3-10% de la población, aunque el número de personas afectadas y la gravedad de la enfermedad difiere entre los países.
¿Cómo sabemos si dormimos bien?
En primer lugar, si el sueño dura lo necesario como para despertarse lo suficientemente descansado para mantenerse alerta durante el día. En segundo lugar, si se duerme de corrido, sin interrupciones o despertares a lo largo de la noche. Por último, si el sueño es lo suficientemente profundo como para lograr un descanso reparador.
Hay diferentes síntomas que nos permiten darnos cuenta de que hay algún problema en el dormir. Algunos ejemplos son la dificultad para conciliar el sueño o los despertares frecuentes por la noche, quedarse dormido en el trabajo o si se detecta que ante una emoción o al reírse se aflojan las manos o las piernas. También tenemos que prestar atención si nuestra pareja dice que mientras dormimos gritamos, corremos o tenemos conductas extrañas, o si movemos mucho las piernas o los brazos, o roncamos fuerte y dejamos de respirar por momentos. En cualquiera de esos casos es conveniente acudir a un especialista.
Todos los trastornos del sueño pueden detectarse y tratarse fácilmente. ¿Por qué padecerlos entonces?
“Dormir profundo otorga los nutrientes necesarios para una vigilia saludable”.