Misiles balísticos fueron disparados desde la base aérea de Kuweires
Un ataque con misiles en la zona del norte de Siria ocupada por Turquía hirió a varios civiles, mientras Reino Unido anunció sanciones contra seis miembros del Gobierno del presidente Bashar al Assad, entre ellos su canciller, a diez años del inicio de la guerra en el país árabe, que dejó devastación, sufrimiento humanitario y éxodo forzoso.
Misiles balísticos fueron disparados desde la base aérea de Kuweires, en Alepo, ciudad bajo control del Gobierno sirio, y alcanzaron las ciudades de Al Bab y Jarablus en el norte de este devastado país, informaron el Ministerio de Defensa turco y la ONG Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres.
El ataque «tuvo como objetivo asentamientos civiles y camiones cisterna de combustible (…) varios civiles resultaron heridos», dijo el Ministerio en un tuit, acompañado de un video que muestra varios camiones en llamas, según informó la agencia de noticias AFP.
El OSDH dijo por su parte que sus fuentes en el terreno escucharon fuertes explosiones cerca de Jarablus «causadas por ataques con cohetes de origen desconocido» y que varios civiles y trabajadores resultaron heridos.
En marzo, ataques con misiles contra refinerías de petróleo en la misma zona dejaron cuatro muertos y 24 heridos. Estas instalaciones fueron objeto de repetidos ataques en los últimos meses, aunque ni Damasco ni Rusia, su aliada, que tiene tropas en Siria, los han reivindicado.
Turquía lanzó la operación «Escudo del Éufrates» en 2016 y tomó el control de una franja de territorio en el norte de Siria, lo que permitió a los rebeldes sirios apoyados por Turquía controlar cientos de ciudades, entre ellas Jarablus y Al Bab. Hoy, en tanto, Londres anunció nuevas sanciones contra seis miembros del Gobierno del Al Assad, entre ellos su canciller Faisal Moqdad, por «reprimir al pueblo sirio».
«El régimen de Al Assad ha sometido al pueblo sirio a una década de brutalidad por tener el valor de exigir una reforma pacífica», afirmó el canciller británico, Dominic Raab. «Hoy responsabilizamos a otros seis individuos del régimen por su ataque masivo contra los ciudadanos que deberían proteger», agregó en un comunicado. Además de Moqdad, dos altos cargos militares, dos empresarios y la asesora del presidente Luna al Shibl serán objeto de una congelación de activos y una prohibición de viajar al Reino Unido.
Los hechos se producen al cumplirse un año del inicio de la guerra desatada cuando el Gobierno se lanzó a reprimir marchas opositoras en coincidencia con las protestas de la llamada Primavera Árabe en otros países de la región.
El conflicto derivó rápidamente en un guerra cada vez más compleja y sangrienta que involucró a varias fuerzas beligerantes además del Ejército sirio, entre ellas rebeldes sirios laicos e islamistas, el Estado Islámico (EI) y otras organizaciones yihadistas afiliadas o no a la red Al Qaeda, combatientes kurdos y milicias extranjeras, entre ellas el libanés y proiraní Hezbollah.
La guerra trajo devastación, sufrimiento humanitario, éxodo forzoso y su balance de víctimas se estima en más de 500.000 mientras 13 millones de personas -más de la mitad de la población de Siria antes de la guerra- debieron abandonar sus hogares huyendo de la violencia, de las cuales más de 6,2 millones son desplazados internos y 4,6 millones refugiados, sobre todo en Turquía, Líbano y Jordania.
Paralelamente, el desplome económico del país árabe que fue una potencia regional tardará décadas en recuperarse, tras registrar una caída del gasto real per cápita del 70% desde el inicio del conflicto y más de un 82% dedicado a gasto corriente, lo que proyecta una casi nula posibilidad de invertir en la reconstrucción.