La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) aseguró que a la Argentina no le conviene continuar con las retenciones a la producción granaria, entre otros factores, debido a la necesidad de contribuir a que los productores se recuperen de la sequía de la última campaña 2017-2018. Lo destacó en el marco de un trabajo realizado por el economista Jefe de la BCR, Julio Calzada, junto con el analista Blas Rozadilla de la entidad de la ciudad.
Rozadilla y Calzada destacaron que el país «sufrió en la campaña 2017-2018 una tremenda sequía (combinada con lluvias finales durante abril), que impactó fuertemente en la producción, generando importantes pérdidas de alrededor de 20 millones de toneladas para la soja y de 8 millones para el maíz como consecuencia de la superficie perdida (no cosechada), menores rindes y afectación en la calidad». Estas circunstancias climáticas motivaron que muchos hombres de campo quedaran endeudados y con pérdidas en su capital de trabajo, lo cual afectará seriamente su situación frente a la próxima campaña.
Hay una caída de los márgenes esperados del productor de soja, «que se acrecentaría con los menores ingresos que implicaría el freno a la reducción de los derechos de exportación. Este y otros motivos se traducirían en un fuerte desincentivo a la siembra y a la inversión en insumos», destacaron.
Además señalaron que «los derechos de exportación generan menor área sembrada, menor producción y una menor actividad económica nacional y especialmente en el interior». En tanto, manifestaron que «el sector agrícola es el único que puede generar 25.000 millones de dólares anuales a partir de ventas externas, permitiendo hacer frente a la restricción exterior y ayudando a financiar al resto de las actividades».
«Los ingresos a partir de la soja permiten a muchos productores –en numerosos lugares- financiar otras actividades importantes como la producción de carnes y leche Argentina, en carne vacuna, produce el 5% del total mundial y exporta el 2%», indicaron.
«La continuidad de las retenciones significará menores ingresos e indirectamente se verán afectadas estas actividades productivas especialmente en áreas geográficas alejadas de los centros de producción», aseguraron. También evaluaron que a partir de una menor producción –por las retenciones- se reducirán los volúmenes exportados lo que provoca una caída en los gastos de fobbing y portuarios.