Las restricciones en la circulación y la caótica economía argentina ponen en jaque a este sector que si bien no frenó su actividad, nunca pudo llegar a una actividad normal
Los taxistas sufrieron la pandemia y fueron uno de los sectores más golpeados por la cuarentena. La circulación restringida hizo que la sociedad deje la calle y por ende no se movilice. Los autos guardados y los taxis vacíos o «parados» fueron una imagen recurrente en las arterias más importantes de Rosario, y a pesar de pequeños repuntes, el nivel de actividad complicó la economía personal de cada chofer o dueño.
El balance general marca un magro movimiento y puso en jaque a cada trabajador de taxis y los números en rojo fueron más que los habituales.
En este contexto, CLG dialogó directamente con los conductores que evidenciaron su complicada realidad.
La mayoría coincidió que se trabajó «mal» porque la gente transitó el 2020 más en sus hogares y que el aumento que llegó en diciembre, a pesar de la crisis económica, fue «aceptado» por los usuarios.
Un chofer consultado por CLG se animó a resumir el 2020: «Fue flojo, la pasamos mal y hubo compañeros que dejaron de trabajar«.
Algunos marcaron que cuando la UTA Rosario tomó medidas de fuerza con corte de crédito laboral se elevó la demanda, pero «fueron algunos días». Esa misma situación se dio en los primeros días de diciembre, sin embargo luego volvió a bajar de manera contundente. «El rubro estuvo golpeado todo el año«, señaló otro taxista.
La disminución de la demanda de los taxis se entiende con algunos puntos neurálgicos cerrados como el Casino, boliches nocturnos o restricciones en la circulación nocturna.
Sumado a esta realidad, desde hace años son blanco fácil para la delincuencia y el 2020 no fue la excepción: «Nadie te puede dar seguridad», declaró un conductor consultado y todos coincidieron que «está bravo» en cada rincón de la ciudad.
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