El deporte adaptado, para quien lo práctica, se transforma en un pilar fundamental para la vida. Crol no queda exento de esa realidad. CLG dialogó con Fabio Almagro, pilar y referente
Por Gonzalo Santamaría
Hace ya 25 años, Fabio Almagro sufrió un accidente de tránsito tan grave que lo llevó a realizar una rehabilitación durante 10 meses. Dos vértebras quebradas y un pinzamiento medular dejaron su movilidad reducida, pero él lo tenía claro: quería moverse. Fue entonces que decidió investigar sobre los deportes adaptados que Rosario ofrecía y llegó al Club Rosarino de Lisiados (Crol), que desde 1962 aborda distintas disciplinas no convencionales, a ver básquet. Se acercó a un partido, vio a los integrantes y a la semana siguiente estaba lanzando al aro. Desde ese 1995 no paró y es uno de los jugadores históricos del club y de la liga nacional. “Tuve oportunidades de irme a jugar a otro lado, pero yo estoy arraigado a Rosario, a mi familia, a mis amigos, al club y la verdad es que nunca me interesó irme”, contó Fabio en diálogo con CLG.
Almagro es referente de Crol, ya que llegó a ser presidente del club y ahora ocupa la vicepresidencia. Estuvo presente entre 2008 y 2012, en los mejores años de la institución a nivel país, algo que fue coronado en 2010 con el campeonato nacional. También se quedó ante el éxodo de ese plantel y en el posterior descenso, aunque el equipo no tardó en volver a primera y allí también estaba Fabio. “En 2020 teníamos un equipo lindo, pero nos agarró la pandemia y no pudimos competir”, deslizó.
Las ofertas económicas no lograron hacerlo cambiar de opinión. Se sinceró y reconoció: “Soy uno de los pocos jugadores que siempre perteneció al mismo club”.
Para el basquetbolista es fundamental la existencia de Crol debido a que “a muchos chicos los rescata de la calle”. “El deporte te da pilas para hacer otras cosas, no es sólo sociabilizar entre nosotros sino también con otros cuando viajamos”, indicó.
En la retina de Fabio quedarán los viajes interminables a la Patagonia, Santa Fe, Córdoba o Buenos Aires. Según Almagro, Crol le dio la oportunidad a muchos chicos de conocer el país. Él mismo ofrecía su camioneta como recuerda: “Le enganchaba un trailer y subía a los compañeros para recorrer las rutas argentinas».
“No tenemos recursos, no viajamos todos y si bien hacemos todo lo posible para conseguir fondos, muchas veces se complica”, aseguró el jugador de básquet. “Hacemos todo a pulmón, y muchas veces viajamos con lo mínimo para presentarse”, describió Almagro.
La pandemia frenó la actividad de todos los deportes y la liga nacional de básquet adaptado se suspendió. Los habituales entrenamientos en el Complejo Deportivo Municipal Emilio A. Lotuf de lunes y miércoles se pudieron retomar en septiembre bajo estrictos protocolos que remarcaban el distanciamiento y la prohibición del uso de pelota. Recién a fin de año se pudo volver a tener contacto, pero como el gimnasio está en remodelación no pudieron continuar. Por eso, el 2020 sirvió para “ajustar” los detalles administrativos “para tener todo listo” para el 2021.
A pesar del torneo parado, contó Almagro que se organizaron cursos y seminarios vía zoom. “Cada deportista tiene una realidad distinta y muchos son pacientes de riesgo”, planteó.
“Psicológicamente el encierro te mata, tenés tiempo para pensar que las cosas no andan bien”, afirmó Fabio ante CLG. Crol tiene un grupo muy homogéneo, desde empresarios, pasando por empleados en relación de dependencia, trabajadores autónomos y chicos que recorren las calles de Rosario como vendedores ambulantes. De todas formas, la comunicación entre ellos se mantuvo, siempre a través del celular, a la espera que la pelota comience a volar.