El uruguayo Nicolás De la Cruz anotó el único gol. Ahora los dirigidos por Marcelo Gallardo esperan por el ganador de Nacional (Uruguay) o Independiente del Valle (Ecuador)
River se clasificó esta noche para los cuartos de final de la Copa Libertadores tras vencer por 1 a 0 a Athlético Paranaense, con el que había empatado 1 a 1 en el cotejo de ida en Brasil, ofreciendo una lucida actuación que no se plasmó con más amplitud en el arco rival por la gran actuación del joven arquero suplente visitante Bento.
El empate en el partido de ida jugó en la cabeza de los protagonistas y pareció que en similares proporciones, pero hasta River surgió como el más preocupado, ya que su rival llegó a este encuentro inclusive más diezmado que en el de Curitiba, ya que en las últimas hora previas sumó un total de 15 casos de coronavirus en su plantel.
De hecho, sin la posibilidad de contar más que con el joven Bento, de 21 años, como único arquero, el tercero en el orden de preferencias del técnico Paulo Autuori pero hoy más primero que nunca, porque ni siquiera tuvo suplente, el conjunto brasileño tuvo en su guardavallas a su mejor figura.
Y esto fue así porque River repiqueteó durante toda la tarde-noche de Avellaneda sobre el área de «rojinegra» en pos de la conquista que le diera tranquilidad, ya que su rival necesitaba imperiosamente un gol para que el 0-0 no lo terminara dejando afuera.
Pero tal como sucedió en la ida, River fue y fue pero siempre falló en la puntada final, esencialmente por la impericia de sus delanteros y volantes, pero mucho también por la eficiencia del mencionado Bento.
Marcelo Gallardo propuso una línea de cinco con la inclusión del paraguayo Robert Rojas por el volante ofensivo Julián Álvarez respecto de la ida, tratando de ser más ofensivo desde lo táctico, pese a que la variante desde lo práctico parecía indicar lo opuesto.
Pero además porque Rojas le daba la chance de sacar partido del juego aéreo también en ataque, ya que el paraguayo venía de convertir en los últimos dos partidos del campeonato argentino.
Y a él había que sumar al chileno Paulo Díaz, que también de cabeza como en los dos tantos de Rojas frente a Banfield y Rosario Central, había anotado el postrero empate ante Paranaense en Brasil.
Con ese andamiaje salió River en busca de la victoria y trató de entrarle a su rival desde todos los ángulos posibles, con Enzo Pérez efectivo en el primer pase, Ignacio Fernández dispuesto a la habilitación filtrada y Nicolás De la Cruz, que se había enojado cuando fue relevado en el cotejo de ida (ya fue titular ante Rosario Central tras disculparse con el cuerpo técnico) trabajando detrás de los volantes centrales brasileños.
De esta manera y con las subidas permanentes por ambos laterales de Gonzalo Montiel y Milton Casco, River fue generando opciones con un mano a mano de Matías Suárez, un remate de Casco que se fue cerca del palo derecho, otro de Montiel obturado por Walter (fue amonestado a los 17 segundos) en posición defensiva y uno de De la Cruz de media distancia desviado por Bento.
En todo ese primer tiempo River pasó una sola situación de zozobra por las recurrentes malas salidas del arquero Franco Armani cuando los centros caen al borde de su área chica, pero Javier Pinola alejó el peligro.
Para la segunda etapa la escenografía se mantuvo, ya que River no bajó la intensidad, siguió yendo permanentemente, agotando todas sus posibilidades ofensivas, aunque chocando siempre contra la misma barrera: Bento.
El arquero visitante le sacó un tiro libre abajo, contra el palo derecho, a De la Cruz, y nuevamente le tapó un mano a mano al uruguayo en el borde del área chica tras una perfecta habilitación del cordobés Suárez.
Pero iba a redimirse De la Cruz restando menos de 10 minutos para el final, cuando una de las soluciones a las que suele echar mano Gallardo, el colombiano Jorge Carrascal, le sacó lustre a su fresco talento y hasta ocultó la opaca tarea de su connacional Rafael Santos Borré, con una acción individual que terminó en penal.
La ejecución estuvo a cargo de De la Cruz pero, como no podía ser de otra manera, entre el palo primero y Bento después le impidieron la conquista, hasta que en el rebote la zurda del oriental le terminó otorgando el merecidísimo triunfo a River.
Y fue clasificación a cuartos de final nomás, la primera para un equipo argentino en estos octavos de final.
Primero en su zona en la Copa Diego Armando Maradona y clasificado ya a la Fase Campeonato, y ahora también en la Libertadores, este River de Gallardo sigue su marcha exitosa, y está de vuelta, hoy lo ratificó, después de la prolongada inactividad por la pandemia de coronavirus.