La tendencia alcista del dólar respecto al peso, lleva a suponer que muchos ámbitos de la economía se vean retraídos. Sin embargo, Julio Farah, presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Santa Fe, sede Rosario, escribió un documento argumentando lo contrario. Con La Gente dialogó con quien también es vicepresidente de la Federación Inmobiliaria de la República Argentina, que ratificó: «Hay ventas. El mercado inmobiliario continúa activo»
Farah calificó que «no es bueno» adoptar una moneda extranjera para bienes que no son exportables y sostuvo que el gran problema «es la falta de nuestra moneda, sin peso fuerte».
El coordinador del Tribunal de Ética de la Confederación Inmobiliaria Latinoamericana, explicó: «El dólar distorsiona el mercado inmobiliario por cuanto su evolución respecto al peso sigue variables que nada tienen que ver con el de las propiedades. Entonces, los valores de inmuebles varían no sólo por la inflación misma del peso argentino sino también por la moneda extranjera».
Sin embargo, el corredor aseguró que hay distintas razones por las cuales el «mercado inmobiliario continúa activo». «Los bienes están cerrando en un valor que es un promedio. Han subido un poco en pesos pero han bajado en dólares. Si se hubiera aplicado la paridad a ultranza, el mercado se hubiera paralizado», manifestó.
«Los que tenían publicado en dólares, aceptaron contraofertas a la baja, para cerrar el inmueble en precios que antes no hubieran aceptado. Y muchos que atesoraban en dólares, alcanzaron propiedades que se estaban publicitando en pesos», argumentó Farah al «movimiento del mercado».
En síntesis, el presidente del Colegio de CI dijo que sigue habiendo ventas pero que «cambio la caractarística de ella. Disminuyeron a través de los créditos hipotecarios pero aumentaron los de aquellos que iban ahorrando dólares, porque de repente esos dólares valen mucho más y les alcanza».
«En general, en un mercado que se pudo haber retraído si se mantenían los precios en dólares a ultranza, esto no pasa», finalizó Farah.
El documento completo escrito por Jorge Farah:
Con un dólar casi a treinta pesos, el mercado inmobiliario está activo
Hace un par de meses reflexionábamos que no era lo mismo valor que precio, de la gravedad de no tener moneda, y que la adopción del dólar para poner precio a los inmuebles, si bien impactaba diferente en distintos lugares del país, distorsionaba seriamente el mercado enervando las operaciones inmobiliarias.
El dólar, si bien errático e inestable, continuó su tendencia alcista respecto a nuestro peso. Sin embargo, aún frente a la creencia popular –y errada de algunos operadores- de fijar los precios de los inmuebles en dólares aunque la paridad llegue a doscientos pesos, el mercado ha continuado activo.
- Si se hubiera aplicado la paridad a ultranza, el mercado se hubiera paralizado. Sin embargo, continúa activo. Con algunos cambios. Analicemos hoy esta situación, en un balance de hechos que activaron y desactivaron el mercado en este tiempo.
- En primera instancia, muchos corredores asesoraron demostrando acertadamente la imposibilidad de sostener los valores en dólares a ultranza. Esto permitió que se aceptaran contraofertas que antes no se hubieran aceptado, consolidando una baja de los valores en dólares en las cifras de cierre de la operación.
- En segundo lugar, muchas propiedades apreciadas en pesos fueron alcanzadas por quienes atesoraban dólares. Porque, aunque incrementaron su precio nominal en pesos, no lo hicieron en la magnitud del dólar. Lo que significó, obviamente, una activación del mercado y una suba de los precios en pesos.
- La mayoría de los créditos hipotecarios tramitados, y obtenidos durante la suba del dólar, se pactaron a una cotización intermedia, con distintas variantes, como si hubiera funcionado la teoría de la imprevisión y del esfuerzo compartido.
- Muchas personas que ahorraban en dólares para llegar a construirse o comprar una propiedad, vieron incrementarse sus ahorros en relación a los costos internos, pudiendo lanzarse en cualquiera de estas opciones. Quienes optaron por la compra, pudieron alcanzar antes aquello que imaginaban a meses aún de esforzado ahorro.
- Por otro lado, esto no constituyó un gran incremento en las ventas. Porque paralelamente, y frente a la reducción de los precios en dólares, algunos vendedores optaron por derivar la oferta de venta al mercado locativo, conservando su posición en propiedades.
- En el mismo sentido, los créditos hipotecarios redujeron su operatoria, restringiendo la demanda. La demanda de créditos disminuyó en el orden del 27% en una clara y considerable disminución frente a la turbulencia y la suba de las tasas.
- Además, quienes conservan los precios de los inmuebles en dólares en la misma cantidad que hace tres meses atrás, enfrían el mercado quitándolos de oferta real.
- La turbulencia cambiaria pegó sus coletazos en el mercado de la compraventa de inmuebles. De ambos lados, oferta y demanda, cuando se producen estos ventarrones, los muy precavidos se abstienen de hacer movimientos hasta que se consoliden los valores.
Estas observaciones indican que, aunque desacelerado y con otros motores, el mercado continúa activo. Y que quien tiene necesidad de comprar o vender se beneficiará al concretar la operación, si la maneja con inteligencia y con la asistencia de un Corredor Inmobiliario.
Esto no implica olvidarse del verdadero y permanente problema: no tener una moneda fuerte, ya que no la reemplaza la moneda de otro país, por más fuerte que sea. Es una cuestión de soberanía.
CI Lic. Julio Farah
Pte. Colegio de Corredores Inmobiliarios de Santa Fe- Sede Rosario-
Vicepresidente de la Federación Inmobiliaria de la Rep. Argentina
Coordinador del Tribunal de Ética de la Confederación Inmobiliaria Latinoamericana