El titular del Arzobispado de Rosario dialogó con CLG y tocó todos los temas: el llamado al acuerdo social, la toma de tierras y la renovada discusión legislativa por el aborto legal, seguro y gratuito
A la situación actual de la Argentina, atravesada por la pandemia y la crisis económica de años, se le interpuso en la última semana un pedido de «acuerdo nacional» entre políticos por el bien común del país. Impulsado por la vicepresidenta Cristina Fernández primero, repetido por el arco político y social del oficialismo y criticado por la oposición, no tanto por la idea de base sino por quién la solicitó. Esta iniciativa, que aún no tiene indicios concretos, llega cuando el país transita diferencias abismales en temas como la política de la pandemia, la crisis económica y productiva, ocupaciones ilegales de tierras y el latente debate por la Ley del Aborto seguro, legal y gratuito.
En la mesa de diálogo, tanto en la esfera nacional, como provincial y municipal, por un país mejor se visualizan empresarios, militantes sociales, la iglesia, trabajadores, la oposición y el oficialismo. Y de llegar a concretarse sería una oportunidad nacional como nunca la hubo. Una imagen casi perfecta.
Entre los participantes se destaca la presencia eclesiástica con el papa Francisco como estandarte. Las reuniones entre el presidente Fernández y sacerdotes referentes de la acción social son recurrentes y en Rosario, la Municipalidad y el Arzobispado mantienen un trabajo mancomunado para asistir a los barrios más expuestos por la crisis. «Hay un gran esfuerzo de la iglesia para palear la situación de esta circunstancia de emergencia en los barrios», expresó Eduardo Martín, Monseñor del Arzobispado de Rosario, en charla con CLG y acompañó que «la salida es que todos tengan trabajo».
«Estamos viviendo una situación difícil en el país, veníamos mal y la pandemia generó consecuencias no queridas como el campo educativo, deterioro económico, pérdidas del empleo y por supuesto cuestiones psicológicas y sanitarias», contó el sacerdote.
Martín auguró por una gran mesa de diálogo porque Argentina «parece que nunca termina de arrancar» y sostuvo que «el gran desafío de los argentinos es reconocernos como familia y que todos tienen algo para aportar, aunque piense diferente».
En este sentido fue claro: «Las autoridades tienen que generar ambientes de diálogo para la escucha porque si la dirigencia no se entiende le afecta al pueblo». El sacerdote oriundo de Venado Tuerto aseguró que «siempre va a haber distintos» pensamientos, pero lo importante «es que sostengan la patria».
Para ello llamó a emplear el respeto por las opiniones, a no descalificar, a entender que el otro tiene para aportar y a «ampliar el corazón» para «trabajar para la unidad sin negar las diferencias».
En las últimas semanas el país estuvo inmerso en la polémica por las ocupaciones de tierras que repercutió en 12 provincias y desde el Arzobispado de Rosario, como referente social, no quedaron exentos y lanzaron un comunicado.
Tras el mismo y en el diálogo con CLG, Martín aseveró que «no son justas», pero reconoció que hay «un problema social de carencia de tierra».
«No se puede tomar eso por cuenta propia y a veces utilizados por otros que le venden terrenos», planteó el Arzobispo de Rosario, sin embargo puntualizó que «las autoridades tienen que tomar en cuenta el déficit de vivienda».
Otro de los temas que divide a la sociedad argentina es Francisco y su participación en la política nacional. Frente a esto, el sacerdote no dudó y sentenció: «El Papa ama nuestra patria y sufre por ella».
Por último se refirió al debate que volvió a tomar fuerzas en la últimas semanas: el proyecto de Ley de Aborto seguro, legal y gratuito. El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa, recibió el pasado jueves a representantes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, y a organizaciones antiabortistas nucleadas en la Mesa de Enlace Pro Vida.
El Arzobispado de Rosario, partícipe de este último grupo, y en la voz de Eduardo Martín volvió a marcar su postura: «La ley nos parece algo nefasto y no se puede debatir, menos ahora». Para la iglesia todos los recursos sanitarios deberían estar destinados a combatir la pandemia y no este tema.
Para Martín es «un retraso» ya que no se acepta la «vida que viene». Además se lamentó por el «clima cultural» que hay a favor porque «si cada uno piensa que su madre hubiera utilizado un pensamiento abortista no existirían».