El pasado jueves 28 de junio, el Concejo Municipal de Rosario convirtió en ordenanza un programa solidario para que bares y restaurantes donen los alimentos que no comercializaron en el mismo día de su elaboración. La iniciativa, denominada «Heladera Solidaria», surgió de un grupo de empresarios gastronómicos de Pichincha en conjunto con la Comisión de Salud presidida por Lisandro Zeno. El concejal de Frente Progresista le explicó a Con La Gente cuáles fueron las inquietudes planteadas que derivaron en el proyecto y cómo se planea llevar a cabo.
«Es una idea del mercado de Pichincha. Plantearon que por un lado hay mucha gente que la está pasando mal y no llega para comer y, como contra de eso, ellos todos los días tiraban a la basura un montón de menúes ejecutivos que no vendían», dijo Zeno.
Frente a ese panorama, se reunieron y propusieron la figura de la ‘Heladera Solidaria’, que ya existe y funciona en otras ciudades, para que esta comida «no termine en el contenedor y sí en la mesa de alguna ONG, comedor o centro comunitario».
«Esto impulsa un convenio entre las asociaciones de bares y restaurantes y las organizaciones o centros donde irán esas comidas no vendidas», agregó. La logística correrá por parte de los mismos participantes del proyecto que se encargarán del traslado de las viandas hacia la heladera, que estará ubicada en uno sólo de los locales. «Las asociaciones también deben procurar que los envases sean higiénicos, seguros y tengan un rotulado con el nombre del restaurante que los hizo con la fecha de elaboración», indicó Lichu.
La organización que haga el acuerdo va a ir a buscar las viandas para llevarlas «donde estén ellos». Zeno aseguró: «A pesar que una ONG no tenga tanta plata como para intervenir en la logística, quizás le conviene pagar un remis para ir a buscar 30 viandas antes que cocinarlas». «El requisito es que sea consumido sólo al día siguiente, para evitar cualquier tipo de alimento en mal estado», dijo el edil.
El joven del Frente Renovador manifestó: » Ahora depende de las asociaciones y bares que quieran participar. De Pichincha ya eran casi 10 restaurantes comprometidos, en Pellegrini también se va a hacer. En base a experiencias en otras ciudades, cuando empieza a funcionar bien y se da visibilidad, otras asociaciones automáticamente se contagian y empiezan a laburar lo mismo».
«Lo que faltaría, para mí, es que cuando la Muni lo reglamente, se cree un registro para anotar todos los participantes, para que sea más facil ese vinculo para empezar a hacer los convenios. La idea es que esté mejor coordinado», finalizó Lisandro Zeno.