El país registró la mayor cifra desde el inicio de la pandemia con un promedio de más de 68.700 casos diarios la semana pasada.
En una impactante admisión a días de las elecciones generales que hizo tambalear a los mercados, el gobierno del presidente Donald Trump dijo que «no va a controlar la pandemia» de coronavirus, con Estados Unidos sumido en un tercer pico de contagios que bate récords y no para de agravarse.
En la Bolsa de Wall Street, el índice industrial Dow Jones perdió 2,29% en su peor jornada desde comienzos de septiembre y los otros principales indicadores, el Nasdaq (de acciones de empresas tecnológicas) y el S&P 500, retrocedieron 1,64% y 1,86%, respectivamente, según la agencia de noticias AFP.
Operadores bursátiles afirmaron que no registraban señales de posible repunte en lo inmediato, un dato que contrastó con el discurso de campaña que dio Trump en el estado clave de Pensilvania, en el que dijo que la economía ya estaba en un camino de constante recuperación.
En esta última semana antes de las elecciones y con una agenda de ambos candidatos cargada de actos y visitas a los estados más reñidos del país, las cifras tanto epidemiológicas como económicas estarán en el centro de todos los discursos y de las mentes de los votantes.
Datos publicados hoy mostraron que Estados Unidos tuvo una media de más de 68.700 casos diarios de coronavirus la semana pasada, la mayor desde el inicio de la pandemia, con dos días de récords absolutos de más de 83.000 y los contagios en alza en por lo menos unos 35 de los 50 estados del país.
En un contexto de creciente deterioro sanitario, con más de 8,6 millones de casos y de 225.000 muertos a nivel nacional, la sureña ciudad texana de El Paso adoptó las restricciones más severas en vigor en todo Estados Unidos, al decretar desde hoy una cuarentena casi total, con toque de queda incluido, luego de que sus hospitales llegaran al máximo de su capacidad tras números récord de contagios.
Los temores por la evolución de la crisis coinciden con la última semana antes de las elecciones y con los esfuerzos de Trump de hablar de cualquier otra cosa, temeroso de pasar a la historia como el primer presidente de un solo mandato en 40 años si los comicios se convierten en un referendo sobre su manejo del coronavirus.
Su rival demócrata, Joe Biden, busca que el foco esté puesto precisamente en eso, para poder criticar a Trump por la gestión de la pandemia y presentarse como una opción más segura y estable.
Ante una situación inocultable, el jefe de gabinete de Trump dijo anoche que Estados Unidos «no va a controlar la pandemia» y debe centrarse en «factores de mitigación», como tratamientos efectivos, mientras espera una vacuna, en línea con los deseos del mandatario de dar vuelta de página y hacer foco en otros temas, según consigna CNN. De inmediato, Biden aprovechó el comentario de Mark Meadows.
«Fue una constatación honesta de la estrategia del presidente Trump desde el inicio de la crisis: agitar la bandera blanca de la derrota y esperar que, si se lo ignora, el virus se irá. No lo ha hecho y no lo hará», dijo Biden, meses después de que el mandatario dijera que estaba «en guerra» contra el virus y que era «un presidente de tiempos de guerra».
Los comentarios tampoco pasaron desapercibidos en Wall Street, donde las pérdidas se aceleraron y el Dow Jones caía 800 puntos, o un 2,8%, a media rueda en Nueva York.
Pese a lo crítico del momento, Trump tiene previsto visitar casi una docena de estados en su última semana de campaña, con actos multitudinarios en los que pocos o nadie usa tapabocas ni hay distanciamiento. Biden visitará seis estados, siempre con actos con pocas personas y protocolos o directamente virtuales.
Las restricciones en El Paso y su condado comenzaron a regir anoche con un toque de queda entre las 22 y las 5 poco después de ser anunciadas en conferencia de prensa.
Autoridades locales dijeron que ya no quedaba ninguna cama libre en los hospitales del condado, ni el los pabellones comunes ni en las unidades de terapia intensiva.
Los casi 700.000 residentes de El Paso no podrán salir de sus casas durante el día salvo para hacer compras o acceder a servicios esenciales, y sólo podrá hacerlo una persona por familia, dijeron las autoridades. Habrá multas de hasta 500 dólares para quienes incumplan.
Hoy, autoridades de salud informaron de un nuevo récord de 1.559 nuevos casos de coronavirus en las últimas 24 horas en la ciudad de mayoría latina fronteriza con México. El récord previo era del día anterior, con 1.216 infecciones.
La ciudad acumula ya 40.887 casos, la mitad de ellos detectados desde el 30 de agosto, y 576 muertes por el virus.
Ayer, el gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo que se pondrán 50 camas de hospital en el centro de convenciones de El Paso y que otras 50 podrían sumarse si fuera necesario. El Gobierno estatal ya mandó 900 médicos, enfermeros o camilleros a El Paso.
Texas es uno de los estados más golpeados por el tercer gran incremento de casos de coronavirus que sufre Estados Unidos, el país más golpeado por la pandemia, que nunca logró salir de la primera ola de la enfermedad.
Desde el domingo pasado hasta ayer, Estados Unidos registró su mayor promedio de casos diarios en una semana, con 68.767, superando el de 67.293 reportado el 22 de julio, según la base de datos de la Universidad Johns Hopkins (JHU).
Los días con más casos fueron el viernes y el sábado pasados, con más de 83.000, un récord absoluto desde el inicio del brote nacional.
Los casos registrados ayer fueron menos, 60.789, pero se trata de la mayor cifra para un domingo -cuando suelen hacerse menos test- desde el 22 de julio, en pleno segundo pico de infecciones.