Rosario y toda Santa Fe atraviesan el peor momento de la pandemia, pero las autoridades siguen optando por evitar los confinamientos. Profesionales de la salud aportaron su visión en diálogo con CLG
Los casos crecen, las camas se limitan y los muertos aumentan. Rosario y toda la provincia de Santa Fe atraviesan el peor momento de la pandemia de coronavirus, con más de 1.000 contagios diarios en la ciudad y 2.000 en la provincia. Ante esta situación crítica, los profesionales de la salud se preguntan: ¿se debería apretar el botón rojo y confinar a la población para frenar el brote? ¿o habría que continuar con las medidas actuales, tal como pretenden el gobierno provincial y municipal? Distintos especialistas de la ciudad respondieron la interrogante en diálogo con CLG.
Lucas De Candia, integrante de la Asamblea de Trabajadores por la Salud Colectiva, consideró que el Estado «debería tomar de forma urgente medidas poblaciones por un período corto de 14 o 21 días para frenar este momento de descontrol y tener un pequeño margen para trabajar adecuadamente». «Lo necesario es activar el botón rojo para volver a tener cierto control sobre las medidas sanitarias y luego pensar un esquema de mucha planificación con un aislamiento intermitente, que son períodos de aperturas y cierres de acá a varios meses», subrayó el médico generalista, e insistió en que «son tiempos donde hay que trasmitir un mensaje claro porque estamos en el momento más crítico de la pandemia».
Para De Candia, «las decisiones preventivas poblacionales que no se están tomando no tienen que ver con un desconocimiento de la realidad sanitaria, sino con definiciones políticas». Así lo fundamentó: «El presidente decretó el Aislamiento Preventivo, Social y Obligatorio (Aspo) para 18 departamentos de todo el país, entre los que se encuentran Rosario y otros del sur de Santa Fe, pero el gobierno provincial optó por continuar con las mismas actividades que en términos prácticos no son un aislamiento sino un distanciamiento, con el 80% de la ciudad en movimiento, cuando sabemos que lo único que frena los contagios y las muertes son las medidas que disminuyen el encuentro de personas y la movilidad, por lo menos hasta disponer de una vacuna».
Por su parte, el presidente del Sindicato de Profesionales Unidos de Salud (Siprus), Diego Ainsuaín, dijo que «hay que tomar alguna medida que permita disminuir un ciclo de la replicación viral, pero para poder lograr cohesión social detrás de una acción sanitaria correcta debe haber un presupuesto que acompañe la decisión». En ese sentido, expresó: «Tanto el gobierno provincial como el municipal no han hecho nada a nivel presupuestario para sostener el aislamiento que tienen que hacer los ciudadanos».
Sobre la situación de los médicos, aseguró que «se torna cada vez más complicada», dado que «muchos trabajadores se han contagiado y la demanda del personal médico es cada vez mayor». «Entre los compañeros que están aislados y las nuevas modalidades de trabajo, hay una recarga del sistema de salud ya que contamos con menos profesionales que antes de la pandemia cuando hay mucho más trabajo», señaló Ainsuaín.
En tanto, la secretaria gremial de la Asociación de Médicos de la República Argentina (Amra), Sandra Maiorana, consideró que «las dificultades para tomar decisiones no están en la cantidad de casos porque ya estamos desbordados», sino que «la gran complicación es la presión de los distintos sectores que ven afectada su actividad al estar tantos meses sin poder trabajar».
«Al principio se preparó todo para 20 mil casos, luego hace un mes y medio ya se hablaba de 40 mil y ahora superamos los 60 mil, es decir que la cantidad de contagios es mucho mayor a la esperada. Esto llevó a que el sistema esté saturado en todos los lugares, desde la línea telefónica hasta donde hacen el hisopado. Por eso es necesario aumentar las restricciones», afirmó la dirigente gremial de Amra.
Por último, otro integrante de la Asamblea de Trabajadores por la Salud Colectiva, Ricardo Cordone, manifestó: «La respuesta ante la pandemia ya no depende tanto de la organización de los servicios de salud o de aumentar la cantidad testeos, sino de disminuir la circulación viral, y la única manera de lograr eso es bajando la circulación de gente».
«Por ende -continuó el médico generalista del centro de salud del barrio Casiano Casas- hay que entrar en una fase de mayores restricciones y no de mayores aperturas. Es lo que dio resultado en distintos lugares del mundo, incluso en Argentina cuando la distribución del virus era tan alta como sucede hoy en Rosario, donde nadie no conoce a un vecino, familiar o amigo que haya tenido coronavirus o que haya estado en contacto con un positivo, lo que da la pauta de que el virus está en todos lados», cerró Cordone.