El martes los candidatos estarán cara a cara en un cruce clave. En la previa, ambos calientan el debate con declaraciones cruzadas
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su rival, el demócrata Joe Biden, se preparan para su primer debate del martes que marcará el tono final de la carrera a la Casa Blanca de cara a las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
El centro del debate será la gestión de la crisis del Covid-19, que dejó más de 7 millones de infectados y alrededor de 205.000 muertos en Estados Unidos, y que disparó el desempleo, golpeando con especial fuerza a las minorías como los afroestadounidenses y los latinos.
Este primer duelo de tres encuentros antes de las elecciones, durará 90 minutos y será moderado por el periodista Chris Wallace de la cadena conservadora Fox News, informó la agencia de noticias AFP.
El mandatario ya comenzó a calentar el ambiente previo al debate y anunció que pedirá un examen antidoping para su contrincante.
«Pediré firmemente una prueba antidoping para ‘Joe el Dormilón’ antes o después del debate del martes en la noche», escribió en Twitter el mandatario de 74 años.
I will be strongly demanding a Drug Test of Sleepy Joe Biden prior to, or after, the Debate on Tuesday night. Naturally, I will agree to take one also. His Debate performances have been record setting UNEVEN, to put it mildly. Only drugs could have caused this discrepancy???
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) September 27, 2020
El político demócrata, de 77 años, que debido a la pandemia lleva a cabo una campaña de baja intensidad, con contados eventos y poca exposición, va a estar bajo una presión a la que no se enfrentó desde las primarias de su partido, en abril.
Biden llega con una ligera ventaja en las encuestas, pero con una conocida propensión a los errores y una falta de agilidad de palabra que lo hizo reconocer el sábado que el encuentro será difícil y por la que Trump no cesa de fustigarlo al llamarlo “Joe el dormilón”, afirmando que su rival sufre de algún tipo de deterioro cognitivo por la edad, pese a que Biden es solo tres años mayor que él.
Además, Trump sostiene que Biden, un político de larga trayectoria anclado en ala moderada del Partido Demócrata, es una «marioneta» de la izquierda radical.
Ante estos improperios, Biden respondió ayer: «Es como Goebbels, dice una mentira una y otra vez, la repite, repite y repite para que se convierta en un hecho incontestable», comparando al mandatario con el encargado de la propaganda nazi.
Pese a que Biden cuenta con una ventaja en las encuestas a nivel nacional, con el 49,6% frente al 42,9% de Trump, según el compilado de encuestas RealClearPolitics, la batalla en estados claves será reñida.
En estas elecciones hay un número récord de latinos habilitados para votar, con 32 millones de electores hispanos, que representan un 13,3% del total.
Entre los latinos la ventaja de Biden es clara con un 65% de apoyo frente al 36% del mandatario republicano, pero esta categoría está lejos de ser un bloque uniforme y en estados claves como Florida, con 29 votos electorales, los votantes de origen cubano, venezolano o portorriqueño responden a diferentes motivaciones.
Según RealClearPolitics, en este bastión clave Biden tiene una leve ventaja con el 48,7% de la intención de voto frente al 47,4% de Trump.
Sin embargo, una encuesta de la cadena NBC News reveló que entre los latinos es Trump quien lleva ventaja con 50% frente al 46% de Biden, debido al fuerte apoyo de los cubanos.
La apuesta de Trump para ganar este estratégico estado es señalar que el candidato demócrata es en realidad socialista y así fomentar el sentimiento anticomunista del electorado, mientras que Biden busca aprovechar el rechazo que provoca el presidente por su gestión del huracán María, que dejó 3.000 muertos en la isla y así ganarse los votos de la comunidad portorriqueña emigrada tras el desastre.