Funciona en la parroquia de Cafferata y 27 de Febrero. Tuvo que incrementar su labor solidaria durante la pandemia y requiere de ayuda con elementos para seguir asistiendo a unas 150 familias del barrio
Por Diego Carballido
El comedor San Francisquito es uno de los tantos espacios que afronta las consecuencias de las necesidades que produjo la pandemia en las zonas carenciadas de la ciudad. Lidia es una de las referentes de este espacio que funciona en el predio de la parroquia de 27 de Febrero y Cafferata y fue quien compartió en redes sociales la necesidad de obtener elementos de cocina que les permita continuar con la tarea solidaria que vienen realizando.
En diálogo con CLG, Lidia contó que hace casi 30 años que trabaja en la secretaría de la parroquia, donde todo el mundo la conoce como “Yoli”. «Hace muchos años que conozco la realidad de este barrio», contó Yoli.
San Francisquito funciona gracias al apoyo que recibe de Cáritas y de las donaciones particulares, “de otra manera no podríamos continuar”, explicó Yoli. «Es uno de los pocos de los comedores que siguen funcionando en el barrio. Y por eso cuando recibimos donaciones, muchas veces intentamos guardar porque pensamos que esta situación va para largo», detalló la referente del comedor.
Si bien Yoli explicó que en el momento que atraviesan “todo tipo de donaciones viene bien», hizo especial hincapié en la necesidad de «ollas y elementos para cocinar».
«Necesitamos los elementos para empezar a armar nuestra propia cocina. Ya hemos conseguido cuestiones como una olla, un anafe y un freezer, pero todavía nos faltaría otra olla grande, un colador y un cucharón grande también», compartió Yoli y explicó que en el lugar se cocina de «lunes a sábado para aproximadamente 160 familias, lo cual representa casi unas 500 porciones de comida que se reparten entre gente del barrio y de zonas aledañas”.
«Nuestra misión no es solo dar la comida sino evangelizar y así la gente nos cuenta que no pueden pagar los alquileres, muchas familias están viviendo con parientes o en casas precarias, porque aumentó la necesidad ya que muchos se quedaron sin trabajo», detalló la referente de San Francisquito respecto al momento que atraviesan numerosas familias de este barrio, y agregó: «Muchas mujeres estaban llevando adelante sus hogares porque conseguían más fácilmente trabajos de empleada doméstica, pero en el último tiempo con la pandemia también a muchas chicas se les complica conseguir».
Para poder colaborar con la obra del comedor San Francisquito, comunicarse al: 341-6204953