Ocurrió ayer a la mañana en la localidad de Tolosa. La víctima se salvó de milagro, aunque tiene el proyectil dentro de su cuerpo
Mientras todavía trata de asimilar y superar lo que le ocurrió, Sergio Fluxa, vecino de La Plata, de 46 años, todavía continúa conmovido. No puede creer que hoy esté relatando el violento episodio de ayer a la mañana, cuando fue baleado en la cabeza al salir a defender a su padre que estaba siendo robado por al menos tres delincuentes. Está vivo de milagro.
“Días atrás fue mi cumpleaños, hoy volví a cumplir años porque es como volver a nacer”, dijo horas después del ataque desde la puerta de su casa, en la localidad de Tolosa.
En el ingreso a esa vivienda, ubicada en la calle 15 bis entre 528 y 529, su padre, jubilado de 73 años, fue asaltado por dos delincuentes armados que lo abordaron cuando sacaba el vehículo a la calle:
“Eran las 9:45 de la mañana. Mi papá sacó el auto y en ese momento viene otro auto y se bajan dos malvivientes. Cuando se dio cuenta, mi papá pegó un grito; yo estaba en el fondo y salí a ayudarlo”, afirmó Sergio.
Los ladrones se movilizaban en un Chevrolet Prisma de color gris plata con vidrios polarizados. El conductor se mantuvo siempre al volante. Sergio no está seguro sobre la presencia de un cuarto cómplice. Los dos que se bajaron robaron el dinero que tenía el jubilado.
Al escuchar el pedido de auxilio de su padre, Sergio se asomó y uno de los delincuentes le disparó a quemarropa. “Uno me ve, apunta y dispara, sin mediar palabra. Estaba a unos pocos metros. Nunca imaginé que me iba a disparar y menos a tan poca distancia», contó la víctima al diario El Día.
Sergio dijo que sintió el impacto, “pero la adrenalina no me dejó quedar quieto”. Relató que tras dispararle, los ladrones escaparon en contramano y él los corrió unos metros. “Cuando veo que ya no los podía alcanzar, me toco el cuerpo para ver si la bala me había impactado y de golpe me cae un hilo de sangre de la cabeza”.
La víctima se cubrió la herida con una camisa y se fue por sus medios al Hospital San Roque de Gonnet. “Estuve siete horas internado. Nunca perdí el conocimiento. Después me dijeron que la bala estaba entre el cuero cabelludo y el hueso, que no había hecho fractura».
Tras establecer que su vida no corría peligro, Sergio fue dado de alta en el centro de salud y abandonó el área de urgencias ayer mismo. «Los médicos no lo podían creer. Van a dejar la bala ahí. Y a partir de ahora voy a tener un grano”, contó.
Por el momento, los delincuentes permanecen prófugos. El titular de la Comisaría 11°, Martín Patelli, se reunió con Sergio y le comunicó que habían identificado el Prisma en cámaras de seguridad y estaban siguiendo sus rastros.