"Polka puede cerrar, Adrián Suar no", es el título de una carta abierta publicada por el empresario teatral Carlos Rottemberg donde propuso "repensar" la actividad artística, en medio de la crisis a raíz de la pandemia
El productor televisivo Adrián Suar advirtió que Polka puede cerrar si no achica de manera drástica su estructura, frente a lo que el empresario teatral Carlos Rottemberg propuso en una carta abierta «repensar» la actividad artística, en medio de la crisis amplificada por el parate a raíz de la pandemia de coronavirus.
Tras varios meses de conflicto y denuncias de trabajadores por falta de pago y suspensión de contratos, Suar dijo en una entrevista publicada hoy en Página 12 que en los próximos meses deberá decidir si cierra la productora de manera definitiva o si la reestructura con un achicamiento de cerca del 70 por ciento.
«Hoy la productora está cerrada, no sabemos cuándo vamos a abrir. Hay varias hipótesis, desde cerrar a reestructurar, y quiero reestructurarme», sostuvo.
Por su parte, Rottemberg remarcó que «todos» los sectores que forman parte de la actividad son «al menos elenco del problema», por lo que reclamó su participación en la discusión para realizar reformulaciones al respecto.
En tal sentido, el empresario y miembro fundador de la Cámara Argentina de Productoras Independientes de Televisión (Capit) recordó una carta que recibió del entonces presidente de la Asociación Argentina de Actores, Onofre Lovero, en 1988, cuando planteó la crisis que vivía la actividad teatral, en la que le refería que «los actores, mal que le pese a algún trasnochado hipócrita, debemos ser conscientes de que, directa o indirectamente, participamos de tal negocio».
«Siempre el rol empresario será el que deba llevar la responsabilidad primaria, entre otros motivos porque los trabajadores, todos en conjunto, fueron también quienes bajo su talentosa dirección hicieron a su crecimiento personal y de empresa», manifestó Rottemberg en su carta abierta titulada «Polka puede cerrar, Adrián Suar no».
Pero agrega: «Sin embargo, aquella carta sirve para reconfirmar que todos los intervinientes en este tipo de actividades son al menos ‘elenco’ del problema. Entre otras cosas porque no fabricamos una mercadería tangible y nuestra materia prima son los seres humanos. En este tipo de rubros -lo conozco por mi actividad teatral- nadie tiene éxito solo, como tampoco nadie puede estar liberado de ser parte del fracaso».
Acto seguido, el empresario puntualizó que «en otros países, el crecimiento audiovisual, a partir de los cambios de paradigmas, fue acompañado en su transformación por el propio ‘barrio’ interesado en la ficción, más el Estado con políticas de fomento, al comprenderlo como factor preponderante de ingresos de cara al mundo».
«En nuestro país, tampoco la televisión pública, desde su creación y pese a valiosos intentos, pudo sostener en el tiempo la ficción nacional, la cual indirectamente también afecta a la taquilla teatral ante la falta de renovación de actrices y actores talentosos, no difundidos con mayor masividad desde las pantallas», lamentó.
Y concluyó: «Si la problemática se agravó en el ámbito televisivo privado y tampoco pudo hacer pié en el sector público, demostraría que no es con Polka abierta o cerrada lo que modificará la profundidad del problema. Es tanto más complejo como urgente de repensar, entre todas las partes, con sinceridad en la misma mesa, que algo no cierra en esta cocina».
A modo introductorio, el texto de Rottemberg hace hincapié en el «cariño y la admiración» que el teatrista siente por Suar, a quien afirma conocer desde «sus 11 años», cuando mostraba interés en el mundo artístico; y destaca «sus ilusiones y prepotencia de trabajo» lo que lo llevó a «marcar historia en cuanto a la transformación de la ficción televisiva en nuestro país».