El gobierno italiano anunció hoy que no permitirá el desembarco en sus puertos de los 239 inmigrantes rescatados ayer en el Mediterráneo por la nave Lifeline, que se encuentra en aguas de Malta, país al que el Ejecutivo peninsular reclama que se haga cargo de la embarcación.
«La nave fuera de la ley Lifeline está ahora en aguas de Malta, con su carga ilegal de 239 inmigrantes», denunció el vicepremier y ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, a través de su página de Facebook.
«Por la seguridad de la tripulación y pasajeros pedimos a Malta que finalmente abra sus puertos», agregó Salvini, que en los últimos días confirmó que su país no permitirá «nunca más» el desembarco de naves de las ONG que rescaten inmigrantes en el mar.
«Está claro que luego la nave deberá ser secuestrada, y su tripulación detenida. Nunca más traficantes en el mar, nunca más en Italia», sentenció el líder de la derechista Liga Norte.
El ministro de Infraestructura y responsable de los puertos italianos, el miembro del Movimiento Cinco Estrellas Danilo Toninelli, reforzó la línea planteada por Salvini y también señaló que «Malta debe acoger a los inmigrantes».
Sin embargo, Malta se desmarcó de la responsabilidad que le endilgó el líder de la xenófoba Liga Norte y negó haber recibido una solicitud formal por parte de Italia.
«A pesar de la retórica, ni Lifeline ni la coordinación de Roma nos enviaron una solicitud formal para dar la bienvenida al barco», fue la escueta respuesta que fuentes de La Valetta brindaron al diario Malta Today.
Toninelli distribuyó en las redes sociales la nota, en la que La Valetta asegura que la nave es responsabilidad del país del que porta la bandera, en este caso Holanda.
Sin embargo, La Haya niega que el navío sea de nacionalidad holandesa y que la documentación que porta es un registro administrativo a los efectos de inscribir su equipo de radiocomunicaciones, informaron medios neerlandeses citados por la agencia EFE.
La nueva polémica entre Italia y Malta surge dos semanas después de la discusión entre Roma y La Valetta por la nave Aquarius, que con más de 600 inmigrantes a bordo debió finalmente desembarcar en España tras los rechazos de Italia y Malta.
La cuestión de los refugiados del Mediterráneo también enfrentó a Italia con Francia en el caso del buque Aquarius, que terminó atracando en el puerto español de Valencia después de que Italia se negara a darle amarre.
El presidente francés, Emmanuel Macron, alertó recientemente sobre la «lepra» del auge del populismo en el seno de la Unión Europea (UE), y Salvini aprovechó la oportunidad para darse por aludido y replicar duramente.
«Macron (…) ha dicho que quien no acoge en sus puertos a los inmigrantes es un populista leproso», refirió Salvini en un acto electoral en Massa (centro), después de que varios seguidores le pidieran que hablara de Francia, y agregó que el inquilino del Elíseo era «un señorito educado que se había excedido con el champán probablemente».
Además, advirtió de que el Gobierno italiano, del que Salvini también es vicepresidente, «no acepta lecciones de los franceses», y señaló que Francia «despliega la policía» en la frontera con Italia para impedir el acceso al país de los inmigrantes desde territorio italiano.
Según Salvini, Macron «tiene todo el derecho a hacerlo», pero agregó un desafío que sus seguidores tomaron con risas y aplausos: «Si quiere empezar a ser generoso, que dé el número de su Capitanearía de puerto y las próximas diez barcazas (con inmigrantes) se las mandamos a Marsella».