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El «Metegol Humano», un invento rosarino que llegó hasta Europa


Bajo estrictos protocolos y restricciones, a Ramiro Fabris se le ocurrió una ingeniosa forma de motivar la vuelta del fútbol 5, pero sin contacto

Ramiro Fabris es un emprendedor y dueño de un complejo de canchas de fútbol 5, además fue el inventaro del «Metegol Humano», una variante al «fulbito con los amigos» en el marco del distanciamiento social, preventivo y obligatorio. Este metegol de carne y hueso permite a los jugadores no tener contacto físico y cumplir con las medidas impuestas por el gobierno nacional.

«La necesidad nos dio creatividad», le dijo Fabris, de 36 años, a Télam. En su complejo Tifossi, situado en el barrio de Arroyito (a unas diez cuadras de la cancha de Central), el empresario tiene 29 canchas de este «fútbol alternativo».

«El DNU (decreto de necesidad y urgencia) dice que se puede jugar hasta diez jugadores sin contacto físico. ¿Cómo volvemos?, nos preguntamos con mi socio (el entrenador de básquetbol de Pergamino) Gustavo Scifo. Con el fútbol-tenis, pensamos, pero son dos contra dos y no es tan fácil», recordó.

MIrá Bart! Vuelve el Fútbol 5, en forma de “metegol humano”

«El fútbol 5 está bueno no tanto por el juego en sí mismo sino por la socialización que permite el deporte, que hoy más que nunca es salud -agregó-. El hecho de juntarte con diez amigos a jugar un picado y compartir un asado es una necesidad».

Consultado sobre el origen de la idea, el empresario contó: «Estaba habilitada la zumba, que es un baile con cuadriláteros, pero yo necesitaba que vinieran diez, a 150 pesos por cabeza, para que me dieran los números y fuera redituable».

«Entonces nació el metegol humano -siguió-, que ahora lo juegan hasta los profesionales a un toque y me hicieron notas en el canal de Reuters, que reproducen 1.600 canales en el mundo, de la cadena Cope, de España, y de un portal de Rusia».

Sobre los protocolos de prevención, finalmente, Fabris advirtió: «De esta forma conocemos la trazabilidad de los jugadores y queda en la PC con sus nombres y datos, vienen en auto cambiados, juegan una hora y se vuelven igual, sin cambiarse ni bañarse en la cancha, con todos los protocolos de seguridad del Covid-19».