Por María José Lubertino, co-coordinadora de la Comisión de Equidad de Género del Consejo Asesor de la Cancillería argentina y presidenta de la Asociación Ciudadana por los Derechos Humanos
Los líderes y las liderezas del mundo se reunirán para discutir la agenda de Objetivos de Desarrollo Sostenible en medio de la pandemia. El Foro Político de Alto Nivel de Naciones Unidas (HLPF), organizado virtualmente del 7 al 16 de julio, será una oportunidad para abordar las desigualdades exacerbadas debido al Covid-19 y construir vías de recuperación sostenibles para todes. Necesitamos Objetivos de Desarrollo Sostenible y responsabilidad en la Agenda 2030 más que nunca.
El coronavirus ha demostrado como todes les seres humanos estamos interrelacionados, hemos retrocedido en muchos de los avances logrados en los primeros cinco años de la Agenda 2030. La pandemia arroja luz sobre todas las desigualdades, como el patriarcado, extractivismo, racismo, capitalismo neoliberal y autoritarismo. Es más clara que nunca la necesidad de construir una cooperación multilateral y desarrollar estrategias y planes de recuperación para defender los bienes comunes mundiales.
Si nuestros procesos multilaterales no serán priorizados en medio de los actuales problemas globales, en medio de una pandemia y al comienzo de una gravísima recesión económica, ¿cuándo los utilizaremos? Es ahora cuando más necesitamos la formulación de políticas globales y las implementaciones nacionales y locales.
Incluso si muches de les responsables de la formulación de políticas públicas ignoran este espacio global de solidaridad y responsabilidad que es HLPF 2020, nosotres, como sociedad civil, estamos aquí y trabajando duro para lograrlo. Antes del COVID-19, la CEPAL había previsto que la región crecería 1,3% en 2020; sin embargo, los efectos de esta crisis lo han llevado a pronosticar una disminución de al menos -1,8% en el PIB. ¿Cuál será el impacto del decrecimiento? Ya aumentaron las tasas de desempleo y aún es peor para las mujeres, que ya se encuentran entre las más pobres y precarizadas.
Alberto Fernández ha hecho un giro copernicano en el rumbo en el que Argentina venía, volviendo a poner los valores de la inclusión, la alimentación, la salud y la educación para todes como prioridad. En julio el país presentará un lastimoso informe de avance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que muestra lo que hemos retrocedido desde el 2015 y en particular en los cuatro últimos años en materia de pobreza, hambre e indigencia. Mucho quedará pendiente y no puede hacerse con un pago de una deuda contraída por políticas enloquecidas. Debe recuperarse tras la pandemia la senda del consumo y la producción, pero no para volver atrás y seguir con un modelo inequitativo, sino que otra transformación profunda debe hacerse para restablecer la armonía entra las personas humanas y la naturaleza, atendiendo los principios de la Carta de la Tierra, la Laudatio Si y lo que desde el ecofeminismo venimos planteando, al menos desde hace 20 años y que hoy se vuelve imperioso.
Como Grupo Principal de Mujeres de Naciones Unidas estamos aquí para unirnos a la conversación, exigir responsabilidad y ayuda en la implementación de la Agenda 2030. En Argentina las organizaciones de mujeres de la más diversa índole queremos estar a la mesa de la discusión en el Consejo Económico y Social y en todos los ámbitos donde deban implementarse políticas participativamente para los cambios urgentes y necesarios. Es un momento crucial en el que el mundo necesita mostrar solidaridad y compromiso político para resolver sus problemas sistémicos, que se hicieron aún más visibles por la crisis de la pandemia. Y nos preguntamos: si no es ahora, ¿cuándo?