Expertos de la empresa proveedora de agua potable de Capital Federal sostienen que no hay riesgo, ya que no puede contagiar
La empresa proveedora de agua potable en Buenos Aires y su periferia desarrolló un método para detectar la presencia del SARS-CoV-2 en la red de cloacas. Halló partículas del virus, pero esos restos genéticos no son fuente de contagio.
Situaciones similares ocurrieron en ciudades de España, Holanda, y Estados Unidos, pero la comunidad científica internacional coincide en que estos restos no tienen la capacidad de inocular el virus a la población, según refleja un cable de la agencia internacional Ansa.
En el marco de la pandemia mundial, el gobierno argentino está impulsando diferentes estrategias para su detección y diagnóstico en distintos ámbitos y este desarrollo es una de esas.
En el caso particular de la empresa de aguas AySA, que brinda el servicio de agua y saneamiento a más de 10 millones de habitantes en el principal conglomerado urbano del país, resultaba de sumo interés analizar el desarrollo de una estrategia para evaluar la posible presencia del SARS-CoV-2 en el sistema de cloacal, como futura herramienta de vigilancia.
Fuentes de AySa detallaron que distintos trabajos internacionales han demostrado que los individuos infectados excretan el virus, y por lo tanto se ha verificado la aparición de rastros en efluentes de la red cloacal. A partir de la evolución de casos en la Argentina, AySA comenzó el estudio, desarrollo e implementación de una metodología para la detección del virus a través de su material genético, en el líquido de su sistema cloacal.
La metodología implementada por el grupo de profesionales de la empresa, encabezados por Alejandro Barrio, radica en la detección del coronavirus mediante método RT-q-PCR (PCR cuantitativa con transcriptasa reversa) en muestras de líquido cloacal de plantas depuradoras y sistema de transporte cloacal.
Si bien el estudio está en una primera fase, su desarrollo e implementación así como también los resultados obtenidos, «permiten asegurar una nueva herramienta de vigilancia en la lucha contra el virus en nuestro país», dijo AySA. Y agregó: «Hoy podríamos decir que tenemos el cien por cien de la red de AySA en alguna medida monitoreada a través de este sistema», indicó Alejandro Barrio, a cargo de la Técnica y Desarrollo Tecnológico de la empresa.
El proyecto contempla además a futuro el desarrollo y la incorporación de estas técnicas moleculares para la vigilancia integral del recurso hídrico. «Venimos trabajando junto con el Ministerio de Salud y el Instituto Malbrán desde el inicio de la pandemia, con esta técnica y con otras cuestiones como son acercar agua potable y lavandina a todos los vecinos y vecinas de la concesión de AySA que no tienen la posibilidad de acceder a estos recursos y que hoy, más que nunca, son esenciales», dijo Malena Galmarini, presidenta de Aysa.
«La herramienta se desarrolló en tiempo récord; es una técnica que AySA no la tenía ni siquiera en mente, no era parte de su trabajo, y se construyó junto con otros países que ya lo venían haciendo en Europa. Estamos poniendo esta herramienta a disposición del ministerio de Salud y de los técnicos del Instituto Malbrán», acotó.
Galmarini resaltó que «lo más importante es la posibilidad de encontrar restos de la huella genética del virus en los líquidos cloacales para ver si en algún lugar se está provocando algún foco». En algunos casos se detectó una semana antes de que se presenten los síntomas en algunas zonas y resultó «un dato indispensable para ir monitoreando cómo se comporta el virus en la población y de esa manera ir tomando las medidas para salir de la cuarentena», amplió.