La menor, de 3 años, ingresó el viernes sin vida a la guardia del hospital Avellaneda
Los abuelos de una niña de tres años que fue ingresada ya muerta a un hospital tucumano fueron acusados el sábado de matar a golpes a su nieta, luego de que las pericias determinaran que falleció a causa de una fractura de cráneo ocasionada con un objeto contundente, informaron fuentes judiciales.
El informe destacó que la menor «presentaba fractura del cráneo, lesión que fue provocada por el golpe de un objeto contundente, y su cuerpo mostraba signos de castigos ya que se detectaron heridas y quemaduras de diferentes tipos», detallaron las fuentes.
Tras estas conclusiones, la fiscal Adriana Giannoni acusó por el homicidio a los abuelos de la niña, quienes ya habían quedado detenidos luego de que el abuelo, de 43 años, llevara ya muerta a la niña a la guardia de un hospital. El reporte forense determinó, además, que los castigos «habría comenzado hace tiempo ya que las lesiones no eran nuevas».
Los voceros tampoco descartaron que paralelamente se investigue a los responsables del área encargada de proteger a los menores en condición de abandono, como es el caso de Érica, y que se inicie, en ese aspecto, una investigación por incumplimiento de deberes de funcionario público.
La menor fue internada en 2018 en la Sala Cuna -un instituto que alberga a niños abandonados- junto a sus dos hermanitas, una que acababa de nacer y otra que actualmente tiene cinco años. La decisión la tomó un juez al confirmar que la madre de los pequeños tenía severos problemas de adicción y que desde entonces vivía en situación de calle.
A mediados del año pasado, el mismo magistrado decidió otorgarle la tenencia al abuelo de 43 años a partir de un informe técnico elaborado por la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinayf). Según fuentes judiciales, no se tuvo en cuenta que previamente el hombre había sido denunciado por violencia de género y que su nueva pareja, de 39 años, había afrontado una causa por maltrato infantil en contra de una de sus hijas.
La menor y sus hermanos comenzaron a vivir con sus abuelos en una humilde vivienda ubicada en un asentamiento situado de Catamarca al 1.200, en la capital tucumana, y según vecinos eran maltratados y obligados a salir a la calle para pedir limosnas.
La menor ingresó el viernes sin vida a la guardia del hospital Avellaneda en los brazos de su abuelo, quien dijo que la había llevado al curandera y ahí se había desvanecido. Pero debido a los signos de violencia física que tenía, el hombre y su pareja fueron aprehendidos mientras comenzó la investigación para determinar la responsabilidad de ambos que derivó en la acusación formal de homicidio.