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Rumanía: detuvieron al «mayor falsificador de billetes de plástico del mundo»


Se trata de un delincuente rumano que operaba desde hace seis años y estafó casi por 400 mil dólares

La Policía de Rumanía anunció que capturó al «mayor falsificador de billetes de plástico del mundo» y terminó con la banda delictiva que lideraba. Las autoridades calculan que este estafador fabricó 17 mil billetes falsos de 100 lei rumanos y que causó daños por un valor aproximado de 1,7 millones de lei, es decir 395 mil dólares.

La Dirección de Investigación del Crimen Organizado y Terrorismo (DIICOT) detuvo a esta banda que cometía el ilícito desde 2014. Durante los allanamientos llevados a cabo en cinco viviendas en las ciudades de Bucarest y Busteni se incautaron diversos equipos modernos que usaban los delincuentes para crear los billetes, que eran prácticamente imposibles de diferenciar de los originales. Incluso el personal de los bancos no detectaba las irregularidades en ese tipo de dinero y lo ponía en circulación.

Los billetes de plástico, también conocidos como billetes de polímero, son motivo de orgullo para el Banco Central de Rumanía debido a la dificultad de falsificarlos y también por su durabilidad. «El dinero plástico tiene dos características: es muy difícil de falsificar y se puede lavar fácilmente con agua y jabón, sin que se deteriore», dijo recientemente el asesor de esa entidad financiera, Adrián Vasilescu.

«La evolución de este tipo de falsificaciones ha sido espectacular«, señala el comunicado. «En un período de tiempo relativamente corto, el líder del grupo logró producir las mejores falsificaciones en la historia de Rumanía y convertirse en el mayor falsificador de billetes de plástico del mundo», subrayó.

BILLETES DE PLÁSTICO

Mientras que la mayoría de países con moneda propia utilizan billetes de papel, Rumanía y otras naciones como Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Vietnam o Mauricio usan el plástico como material para fabricar algunas o todas las denominaciones de sus billetes.

Los partidarios de los billetes de plástico, también conocidos como billetes de polímero, aseguran que son más baratos de producir y su fabricación afecta menos al medio ambiente.

Además, para expertos como el ex gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, los billetes de polímero son «más difíciles de falsificar» que los de papel.

Según las autoridades rumanas, que han puesto a disposición judicial al cabecilla del grupo y a otros dos sospechosos detenidos, las falsificaciones eran «de una calidad superior«, ya que se hacían con polímero e imitaban a la perfección «todos los elementos de seguridad», como por ejemplo las microperforaciones, la banda iridiscente y las inscripciones visibles solo bajo luz ultravioleta.

Estas copias, dice el comunicado, eran «casi imposibles de identificar«, y eran introducidas en el sistema monetario a través de bancos privados y otras entidades que distribuyen y operan con cantidades abundantes de dinero en efectivo.

«En todas las situaciones en que se identificaron testigos como operadores de unidades comerciales u otras instituciones financieras como bancos comerciales, ninguno de ellos pudo ofrecer información, pues ninguno se percató en el momento de recibir el billete de que era una falsificación«, agrega la Diicot, que incautó sofisticados equipos de impresión durante la operación.