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Naciones Unidas destacó que Argentina reaccionó rápido frente a la pandemia


"Es necesario implementar medidas audaces para asegurar que el sistema alimentario, desde la producción, la distribución y la comercialización, siga pudiendo alimentar a todas las personas"

El oficial de Seguridad Alimentaria de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Ricardo Rapallo, afirmó que el gobierno argentino fue uno de los de la región «que más rápidamente reaccionó» ante la aparición de la pandemia del nuevo coronavirus, con el objetivo de mitigar sus efectos en la población y en la economía.

«Argentina fue uno de los países de la región que más rápidamente reaccionó para procurar garantizar la alimentación de la su población», sostuvo Rapallo, quien destacó que «es necesario implementar medidas audaces para asegurar que el sistema alimentario, desde la producción, la distribución y la comercialización, siga pudiendo alimentar a todas las personas».

Ricardo Rapallo

A continuación, los principales tramos del reportaje con Télam:

– ¿Cómo evalúa el paquete de medidas sociales y económicas que tomó Argentina durante la pandemia?

-Ricardo Rapallo: Argentina fue uno de los países de la región que más rápidamente reaccionó para procurar garantizar la alimentación de la su población. El hecho de disponer de uno de los sistemas de protección social más robustos y extendidos de la región, y la puesta en marcha del Plan Argentina contra el Hambre y la Tarjeta Alimentar, desde las primeras semanas del año, seguramente facilitó enfrentar la nueva pandemia de una forma más ágil que otros países de la región.

– ¿Qué análisis hace de las medidas destinadas a aumentar la protección social?

R.R.: En Argentina se han aumentado los montos de los receptores de programas de asistencia social no contributivos como la Asignación Universal por Hijo y por Embarazo para Protección Social. Gracias a esta medida, según los datos que disponemos, 9 millones de personas recibirán un pago único de $ 10.000. Además, se ha expandido verticalmente el sistema de pensiones contributivas, beneficiando a 2,7 millones de personas. La Tarjeta Alimentar del Programa Argentina contra el Hambre está siendo también un instrumento valioso en la actual situación.

– ¿Se deben mantener durante toda la emergencia sanitaria estas medidas?

R.R.: Es importante hacer todo lo posible por mantener esta transferencia durante el tiempo que dure la cuarentena y considerar extenderla por algunos meses posteriores al levantamiento de ésta. Asimismo, resulta fundamental asegurarse de que están llegando también a zonas rurales, donde los hogares son especialmente vulnerables debido a los altos niveles de pobreza, inseguridad alimentaria y desigualdad. La FAO prioriza el uso de las transferencias monetarias sobre la entrega directa de alimentos, y donde sea viable, añadiendo entrega de bienes o activos y capacitación para apoyar la restauración de los medios de vida de las poblaciones afectadas. Sin embargo, la FAO reconoce que para algunos sectores poblacionales particulares, las transferencias monetarias podrían no ser la estrategia más adecuada.

– ¿Por ejemplo?

R.R: Por ejemplo, para adultos mayores, personas con discapacidad, o áreas con acceso limitado a mercados, como áreas rurales o urbanas rezagadas con mercados cerrados durante la crisis. En estos casos resulta fundamental asegurar el acceso físico a alimentos, sobretodo de la población más vulnerable.

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– ¿Cuál es su observación de las medidas adoptadas para ayudar a las pymes, como subsidios y exención de aportes?

R.R.: La FAO reitera que, en la actual situación, es necesario implementar medidas audaces –como algunas de las que señala- para asegurar que el sistema alimentario, desde la producción, la distribución y la comercialización, siga pudiendo alimentar a todas las personas. Especialmente a las que más están sufriendo las consecuencias económicas de esta pandemia. Para ello, en muchos países son necesarias medidas de apoyo a las pymes u organizaciones que son parte de estos sistemas. Y no sólo financiamiento, que muchos productores y productoras, cooperativas u organizaciones, incluidos los de la agricultura familiar, necesitan para adquirir sus insumos para seguir operando, sino también a los transportistas, comerciantes y fabricantes que han visto aumentar sus costos para garantizar las medidas sanitarias de sus empleados y productos, y que a su vez enfrentan un descenso por el cierre de restaurantes, comercios y la propia capacidad adquisitiva de muchas familias que están sufriendo por la caída de sus ingresos.

Todo el apoyo que puedan tener estas pymes que son fundamentales para asegurar los sistemas alimentarios en la actualidad y mientras duren los efectos de la pandemia, es recomendable.

– ¿Es adecuado aplicar control de precios a los productos de la canasta básica en este contexto?

R.R.: Es frecuente que los países dispongan de instrumentos fiscales y económicos que facilitan el acceso a los productos que forman parte de la canasta básica de alimentos. En algunos casos se opta por la reducción o eliminación del IVA por ejemplo, o se introducen incentivos a la producción o el consumo de dichos productos. En realidad, la recomendación general es que este tipo de medidas se implementen tras un análisis detallado de sus posibles impactos en los actores que forman parte de las cadenas alimentarias y los consumidores, en diálogo con los mismos, y en un marco de certidumbre que permita su aplicación progresiva y focalizada.

Nacido en España, Rapallo ingresó en 2004 a la FAO donde desde 2012 se desempeña en el cargo actual, y es ingeniero agrónomo y doctor en Proyectos y Planificación Rural por la Universidad Politécnica de Madrid.