La asociación civil, humanitaria y de carácter voluntario cumple un nuevo aniversario en medio de la pandemia. Mirá la infografía
Cruz Roja Argentina, asociación civil, humanitaria y de carácter voluntario que en el país cuenta con más de 150.000 voluntarios, celebra este miércoles su 140 aniversario en medio de una pandemia que, según advirtió su presidente Diego Tipping, «es el mayor desafío en la historia de la organización».
«Cumplimos 140 años y este es el mayor desafío de la historia de la Cruz Roja», dijo Tipping a Télam con motivo del aniversario.
En medio de una pandemia que tiene más de 6 millones de personas contagiadas en el mundo y que ya se cobró más de 400.000 vidas, Tipping resaltó que la organización «nunca había tenido que dar respuestas a tantas jurisdicciones a la vez, a nivel global y local».
Federación presente en 193 países, cada vez que hay una emergencia, explicó su presidente, «se utiliza la capacidad del resto de los países para dar respuesta ahí, y ahora tenemos 193 operaciones simultáneas».
«Tenemos herramientas globales -resaltó- que compartimos y que ahora es muy difícil desplazar porque, además de tener que dar respuesta en 193 países, hay muchas medidas restrictivas de aislamiento, de desplazamiento y todos los países del mundo están necesitando y comprando lo mismo al mismo tiempo», remarcó.
Sin embargo, el coronavirus no es la primera emergencia que enfrenta la Cruz Roja en el país, presente desde 1880. En sus 140 años tuvo que trabajar en la epidemia del cólera (1886), el terremoto de San Juan (1944), los atentados a la Embajada de Israel (1992) y a la Amia (1994), el incendio de Cromañón (2004) y las inundaciones en La Plata (2013), entre otras.
Sin embargo, en 2020 este aniversario encuentra a la organización local de la Cruz Roja con sus 150.000 miembros (entre voluntarios, colaboradores y alumnos) trabajando de forma simultánea en todas las provincias.
«Estamos trabajando en la pandemia sin detener las operaciones que teníamos previstas desde antes», indicó Tipping.
Poco antes de que el gobierno nacional decretara el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio el 19 de marzo pasado, la asociación había anunciado que llevaría 2 millones de litros de agua potable a comunidades indígenas del norte de Salta.
«Los wichi venían esperando respuestas históricas y mantuvimos el desafío de no dejarlos sin agua», subrayó.
Así fue que lograron traer una planta potabilizadora de España y filtros desde el Reino Unido que, según el propio presidente de la organización, «supera los 600 millones de pesos».
Pero además de sus desafíos diarios, la Cruz Roja lleva ejecutadas más de 4 mil acciones vinculadas a la pandemia, desde adquisición de insumos para el sistema de salud a prestar ayuda en los centros sanitarios de contingencia más grandes del país.
En medio del ritmo vertiginoso que impone el coronavirus, el pasado 21 de mayo el Senado aprobó por unanimidad la Ley Cruz Roja que regula el vínculo jurídico de la organización con el Estado Nacional y establece las condiciones y garantías necesarias para el desarrollo de sus acciones en el territorio nacional.
«Para nosotros fue la mayor alegría del año, teníamos la ley más vieja del mundo, de 1893, que nos obligaba a tratar problemas del siglo XXI con legislación del siglo XIX», remarcó Tipping.
Esta nueva norma, que juzgó «acorde a los estándares internacionales», «protege la actividad voluntaria (en una emergencia los voluntarios tendrán derecho a acudir y no se les descontará el día en sus respectivos trabajos, nos dará facilidades para importar insumos y libre circulación por rutas sin pagar peaje, entre otras cuestiones».
«Nos encontramos en una línea de constante crecimiento -dijo Tipping- y la esperanza es que esta pandemia nos deje un mundo que hable en lenguaje humanitario porque nos costaba mucho juntar fondos y esta situación nos está enseñando que todos tenemos una responsabilidad individual como parte de un colectivo».