Por Carlos Duclos
Por Carlos Duclos
De cómo se inició el coronavirus y su posterior propagación por todo el mundo hay muchas hipótesis, ninguna confirmada. Y probablemente jamás se sepa la verdad. Solo se conoce que se inició en China, en Wuhan, y que el laboratorio de máxima seguridad existente allí fue el epicentro del asunto. ¿Lo de los murciélagos y el mercado? Es una hipótesis para los desprevenidos (la gilada diría Don Pepo).
La aparición del virus, “casualmente”, se produjo en el marco de una guerra comercial entre dos potencias: el capitalismo yanqui y el capitalismo chino que, curiosamente, es comunista en lo político (china es como los autos híbridos, funciona con combustible capitalista y se maneja con energía comunista). Como ya se dijo en otra columna, para la construcción del laboratorio de Wuhan países de la OTAN, instituciones de USA e investigadores del Tio Sam contribuyeron a su desarrollo (¿no es fantástico?). Sin contar que hasta días antes del inicio de la pandemia científicos chinos trabajaron en laboratorios de Canadá y fueron echados de ese país. País en el que, recuerde el lector, casualmente fue detenida la magnate y vicepresidenta de la poderosa multinacional china Huawei, Meng Wanzhou, quien todavía está en Canadá esperando a ver cómo termina su historia.
Miedo, alarma y prudente cuarentena
Lo cierto es que el virus, sea que lo sembraron, o sea que se escapó, provocó una alarma mundial. La OMS, cuestionada por varios países, organización que en este trámite ha tenido bastantes desaciertos, se demoró en establecer la pandemia. Por fin lo hizo, mientras algunos científicos e investigadores, como el profesor doctor Francis Boyle, decían que el virus es un arma biológica y no descartaron que haya sido tomado por científicos chinos que trabajaban en el laboratorio de Winnipeg de Canadá (como se mencionó anteriormente echados de ese país).
Pero hasta allí la parte de las hipótesis (hay otras, como se dijo) sostenidas por algunos investigadores, que algunos agentes del poder internacional han ridiculizado y tachado de conspiraciones o locuras (nada mejor para tapar una verdad que hacer pasar por loco a quien la expresa).
La alarma, el miedo y la prudencia hicieron adoptar medidas a los gobiernos del mundo. Entre ellas, una justificada cuarentena. Algunos países la establecieron tarde y pagaron las consecuencias, otros, como Argentina, se adelantaron y lograron atenuar significativamente el efecto del coronavirus. Sin embargo, aquí hay polémicas, porque mientras hay quienes dicen que los efectos devastadores en España, Italia, Estados Unidos y Brasil, entre otros países, es consecuencia de otros factores y no solo de la tardía cuarentena, otros defienden el aislamiento a capa y espada. Sin dudas que no aislarse hubiera sido un despropósito.
La pata comercial de la triste historia
Pero… ¿aislarse hasta cuándo? ¿A quién ha beneficiado comercialmente este aislamiento? Sin entrar a considerar la gran política económica internacional que dice que este ha sido un movimiento chino para desmoronar las economías occidentales (Evo Morales manifestó que China ganó la tercera guerra sin disparar una bala), está claro que en algunos países ha habido perdedores y ganadores comerciales por efecto de la cuarentena. Entre los primeros figuran pequeñas y medianas empresas, comercios tradicionales de todo tipo, muchos de los cuales jamás volverán a abrir sus puertas.
Millones de puestos de trabajos se han perdido en el mundo. Pero ¿quién ganó? ¿Quiénes obtuvieron más clientela y consolidaron su poder económico? Las grandes plataformas de comercio electrónico multinacionales como Amazon (quien de paso dígase que interviene en la APP CuidAR), Ebay, Mercado Libre, Alí Baba (China), etcétera.
Multinacionales, sí multinacionales, que mueven miles y miles de millones de dólares al año. El crecimiento en ventas mediante estas empresas fue de entre un 30 y un 50 por ciento. ¿Y quiénes son los principales accionistas de estas megaempresas? En Amazon, cuyas ganancias se calculan en más de 130 mil millones de dólares al año, pero que Morgan Stanley dice que llegarán a 500 mil millones en el año 2025, dos de los principales accionistas son Vanguard Group (grupo de inversión que está presente en Goldman Sachs, Monsanto, Coca Cola, Citi Group, etcétera). Otro de los grandes accionistas de Amazon es BlackRock Group, sí, BlackRock, uno de los principales fondos acreedores de Argentina, con acciones en grandes multinacionales en todo el mundo y Bancos como Santander y BBVA
Ebay y PayPal: en estas multinacionales otra vez están presentes Vanguard Group y Black Rock, entre otros, y también participó George Soros quien acrecentó sus acciones en el año 2015.
Mercado Libre, por su parte, con presencia en toda Latinoamérica, tuvo o tiene como accionistas a JP Morgan Partners, Goldman Sachs, y demás. En octubre de 2001, Mercado Libre firmó un acuerdo con eBay mediante el cual esta empresa se convirtió en el principal accionista por entonces de la compañía. Por otra parte, Mercado Libre suscribió un acuerdo conforme al cual PayPal se ha comprometido a realizar una inversión estratégica de cientos de millones de dólares.
Alí Baba, la megaempresa China, tiene también a George Soros como uno de sus accionistas.
Como se ve, todos los caminos conducen a Roma y las fortunas van a parar a los mismos grupos, que se han visto beneficiados con esta pandemia y estos meses de cuarentena. ¿Casualidad?
Sobre si es cierto que algunos de estos magnates han llamado a gobiernos del mundo ofreciendo servicios y alentando la cuarentena, bueno… eso lo dicen algunos investigadores conspiradores. ¿Conspiradores? ¿Quién sabe?