Un tercio de nuestra alimentación depende de los polinizadores y las abejas cumplen un rol fundamental. Pero distintos factores han contribuido a que su población disminuya considerablemente en los últimos años
La imagen más representativa podría darse en una verdulería de barrio. Si las abejas dejaran de existir, más de la mitad de los frutos que compramos hoy en ella también lo haría. Y lo que es aún más grave, desaparecería gran parte del forraje que alimenta a los ganados que comemos. “En el mundo existen 250.000 especies de plantas, de las cuales entre el 80 y el 90 % dependen en algún grado de la polinización, al igual que el 70 % de los frutos que consumen los humanos. Por eso, con la desaparición de las abejas se reduciría considerablemente la cantidad de alimentos disponibles”, explica Leopoldo Álvarez, Doctor en Ciencias Naturales, investigador Asistente del Conicet e integrante de la División de Entomología del Museo de Ciencias Naturales de La Plata.
Las moscas, los escarabajos, las mariposas, los murciélagos y los colibríes también polinizan, pero en menor medida. Las abejas se han especializado en esta tarea porque dependen de ella para alimentar a sus larvas. “Hoy existen aproximadamente 20.000 especies a nivel mundial y 1.100 registradas en Argentina. Sin embargo, la mayoría no son como las conocemos. Casi el 80% de las especies son solitarias –no viven en colmenas– y sólo el 10 % son sociables”, aclara Álvarez. La más famosa, la Apis mellifera, es sólo una de las especies existentes, fue introducida en América y nos ha colocado en el tercer puesto de producción de miel a nivel mundial, después de China y Estados Unidos. Sin embargo, somos uno de los países que menor consumo registra, con un promedio de 200 gramos anuales per cápita, frente a algunas poblaciones que llegan a los dos kilos.
Las amenazas
En los últimos años hubo una marcada disminución de poblaciones de abeja por varios factores. “El principal es el de los cambios que se producen en la agricultura, el uso de los monocultivos. Las abejas tienen menos recursos para forrajear. También están los herbicidas. Está demostrado que el glifosato desorienta a las abejas haciendo que no puedan volver a sus colmenas. Además, la presencia de patógenos y enfermedades es muy frecuente en todas las especies”, cuenta el entomólogo.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) también agrega la contaminación, las plagas, las enfermedades y el cambio climático, que amenazan su hábitat, su salud y su desarrollo. “Casi el 35% de los polinizadores invertebrados -en particular las abejas y las mariposas- están en peligro de extinción a nivel mundial. Si esta tendencia continúa, varias frutas, frutos secos y hortalizas deberán reemplazarse por cultivos básicos como el arroz, el maíz y la papa, lo que podría derivar en una dieta desequilibrada”, advierte la entidad.
Según un estudio publicado por la Facultad de Ciencias Veterinarias de La Plata en abril de 2019, varios apicultores argentinos calcularon una disminución del 30 % en la población de abejas durante los últimos años. En 2017, 157 colonias comerciales de las 170 que había en tres apiarios de General Alvear –provincia de Buenos Aires– enfermaron y murieron sin una causa determinada.
Un día virtual
Atendiendo a esta problemática, en octubre de 2017 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 20 de mayo como el Día Mundial de las Abejas con el objetivo de promover acciones que protejan y ayuden a los polinizadores y sus hábitats, incrementen su abundancia, mantengan su diversidad y apoyen a los apicultores. La fecha se eligió coincidiendo con el nacimiento de Antón Janša, quien en el siglo XVIII fue pionero en las técnicas modernas de apicultura en su país natal, Eslovenia y reconoció a estos insectos por su habilidad para trabajar duramente y requiriendo a la vez muy poca atención. Para celebrar este día, la ONU organizó un acto virtual con el tema “Compromiso con las abejas”, que se podrá ver hoy a partir de las 7 de la mañana aquí.
“La reciente pandemia de Covid-19 ha afectado la producción, el mercado y, en consecuencia, los medios de vida de los apicultores. Durante el acto se estudiará la función de la apicultura en el apoyo a las comunidades rurales y en la mejora de la seguridad alimentaria y nutricional en esta difícil situación”, se lee en la página de la Organización de las Naciones para la Alimentación y la Agricultura (FAO), una de las instituciones que organizan el encuentro.
Semana de la miel
Acompañando la iniciativa internacional, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación realizó una campaña de promoción bajo el lema #SumaleMielATuVida, que comenzó el pasado 14 de mayo y finaliza hoy. A lo largo de la semana se realizaron distintas publicaciones destacando las particularidades de la miel, sus propiedades nutricionales y sus múltiples usos gastronómicos. Además, se buscó reforzar el concepto de “producción federal” que se desarrolla en distintas provincias beneficiando la polinización al resto de la producción agropecuaria.
Fuente: Weekend Perfil